After Office

Chuck Berry, el chico que llegó a ser realmente bueno

El gran Chuck Berry cumple hoy 90 años. Ningún homenaje ha sido anunciado en San Luis, Misuri, ni en su país, ni en ningún otro. Ante la ingratitud del soslayo no queda más que recordar que sin él no habría, no del mismo modo, ni Dylans, ni Waters, ni Townshends ni Stones.

Avenida Goode 2520, San Luis, Misuri. Domicilio inequívoco del rock and roll. En aquella pequeña casa que aún está en pie, apenas custodiada por un seto en el diminuto jardín frontal, Charles Edward Anderson Berry pasó los primeros años de su vida negra y pobre.

Hace tres décadas que la calle cambió su nombre a Annie Malone Drive, pero aquellos muros de ladrillo mantienen un discreto monumento a la memoria de aquel niño de color que, aunque no sabía leer ni escribir muy bien, soñaba con ser bueno en algo, y jugó con la guitarra sin mayor guía que un libraco de acordes y el oído arrullado desde la cuna con los gospels que sus padres ensayaban con el coro de su iglesia bautista, al que acompañaban en el piano vertical que había en el fondo de la sala.

Chuck Berry dibujó a ese niño años más tarde en una vértebra lumbar del rock and roll: Johnny Be Goode. Con e. Como su calle. Pero sin color. Ese colored boy del que hablan sus versos cedió el sitio a un genérico country boy para que las radiodifusoras de la década de los 50 aceptaran transmitirla. Y así, decolorada, llegó a las rebatingas numéricas de la popularidad como la canción de guitarra 1 de la historia del género, según la revista Rolling Stone.

"Johnny, be good". Así le decía también, ya hecho un hombre, a Johnnie Johnson, ese pianista alcohólico y, como él, autodidacta, que lo reclutó para sustituir a su saxofonista una Noche Vieja de 1952. "Sé bueno" era la amable señal con que el guitarrista indicaba a su amigo que era hora de dejar descansar la botella.

Chuck no sólo terminaría por liderar aquel grupo, sino por absorber el nombre, para dar vida al Chuck Berry Combo. Tiempo después, a instancias de su ídolo, el bluesista Muddy Waters, Chuck firmaría un contrato con Chess Records, plataforma de despegue sobre la cual comenzó a cimentar, en las cajas del cuatro por cuatro, un nuevo ritmo que un pinchadiscos de nombre Alan Freed bautizaría como rock and roll.

Chuck Berry, el chico que llegó a ser realmente bueno, cumple hoy 90 años. Ningún homenaje ha sido anunciado en San Luis, ni en su país, ni en ningún otro. Ante la ingratitud del soslayo no queda más que recordar que sin él no habría, no del mismo modo, ni Dylans, ni Waters, ni Townshends ni Stones.

DE CUMPLEAÑOS, NUEVO ÁLBUM EN 2017
Pero lo que sí se anunció fue que la leyenda del rock and roll lanzará en 2017 su primer álbum con temas nuevos en casi cuatro décadas.

Titulado simplemente "Chuck", el álbum estará compuesto en su mayoría por material nuevo y original grabado y producido por Berry, informo su discográfica.

Los hijos de Berry, Charles Berry Jr. a la guitarra e Ingrid Berry en la armónica, forman parte de su banda en la grabación. No se mencionó la fecha exacta de lanzamiento del álbum.

"Es un honor formar parte de esta música nueva", dijo Berry Jr. en un comunicado. "La banda St. Louis, o como papá nos llamaba la banda Blueberry Hill, ha seguido sus pasos. Estas canciones cubren el espectro que va desde roqueros duros hasta enternecedoras cápsulas del tiempo que hacen pensar y son fruto del trabajo de toda una vida", agregó.

Berry dijo que dedica el álbum a su mujer de 68 años, Themetta. "Mi querida. Me hago viejo. He trabajado en este disco desde hace mucho ¡Ahora puedo colgar las botas!", dijo el músico en un comunicado.

Con canciones como Maybellene, Roll Over Beethoven o Johnny B. Goode a finales de la década de 1950, Berry ayudó en establecer los cimientos de la música rock moderna y fue una gran influencia en muchas bandas de la siguiente, entre ellas los Beatles y los Rolling Stones.

El compositor y guitarrista de San Luis, Misuri, logró un Grammy por su carrera en 1984.

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