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Carlos Bacca, un jugador con oficio

En su niñez, Carlos Bacca fue pescador como su padre; hoy es el delantero titular de Colombia en la Copa América Centenario, y aún tiene mucho que mostrar. 

Un día antes de que Ernesto Herrera, presidente de Barranquilla FC, equipo de la Segunda División colombiana, conociera a Carlos Bacca, éste trabajaba cobrando el pasaje en la línea de autobuses Costa Azul, que corren de Barranquilla a Puerto Colombia. No era el primer empleo improvisado en el que trabajó. En su infancia fue pescador, como su padre, a quien ayudaba para luego vender los peces en las calles. Luego la vida lo llevó por el mundo del futbol y logró la aprobación para quedarse en el club.

"Desde que llegó siempre fue muy cordial, buen muchacho, centrado y decidido en lo que quería llegar a convertirse. Se le veía confiado en sus capacidades. Llegó como delantero y desde ahí se veía su instinto ante la portería, no perdonaba ninguna oportunidad, ni siquiera en los entrenamientos", recuerda Herrera en entrevista con El Financiero.

En año y medio con el Barranquilla y seis meses en el Minervén (escuadra de la Segunda División de Venezuela) anotó 38 goles, que le valieron la oportunidad de fichar con el Junior, equipo de la máxima categoría del balompié colombiano y uno de los más ganadores del país.

"Julio Comesaña, técnico de Junior en ese entonces, le tenía confianza. Su debut fue en un juego en el que el equipo empataba a cero contra Deportivo Pasto. Teófilo Gutiérrez, en aquel momento centro delantero titular de la escuadra, no estaba fino ese día y Bacca entró por él para marcar los dos goles de la victoria. Después del debut comenzó a jugar más y ya no se le vio como el jugador juvenil, sino como una opción para el ataque", explica Rafael Castillo, reportero del diario El Heraldo de Medellín, quien presenció el debut del atacante.

Bacca se mantuvo tres años con Junior. Ganó, en los dos torneos de 2011, el Botín de Oro que lo acreditó como el mejor delantero del balompié colombiano. Los 51 tantos que sumó fueron suficientes para colocarse como el quinto mejor goleador en la historia del club. En el verano de 2013 firmó con el Brujas de Bélgica, equipo en el que se mantuvo dos temporadas y en el que promedió un gol cada 95 minutos.

Su temporada en la liga belga hizo que José Néstor Pekerman, entrenador de la Selección de Colombia, lo convocara con regularidad previo al Mundial de 2014. Fue considerado en la lista de 23 jugadores que disputaron el certamen, pero solo jugó 20 minutos, debido a que el estratega argentino prefirió a Jackson Martínez, Adrián Ramos y a Teófilo Gutiérrez como delanteros. Misma situación sucedería en la Copa América de Chile 2015, en la que sólo se mantuvo 94 minutos en la cancha.

"En el Sevilla estuvo muy bien en la temporada 2014-15 y regresando de la Copa América firmó con el Milán. Su paso en la escuadra italiana comenzó bien, marcó 20 goles a pesar de que su equipo no fue regular", agrega Castillo.

"Ha madurado, no solo es un atacante potente, tiene sacrificio en la cancha y es el primer defensor en la salida del rival. Fuera de la cancha tiene un buen trato con los periodistas. Se ha vuelto más profesional en todo sentido. No creo que el Milán sea su techo, aún puede dar el salto a club de mayor nivel".

El bajo rendimiento de Radamel Falcao, Martínez, Gutiérrez y Ramos (han marcado 26 goles entre los cuatro en la última campaña), permitió que Pekerman eligiera a Bacca como centro delantero titular en la vigente Copa América Centenario, en la que ha jugado los 90 minutos en tres de los cuatro partidos y ha marcado un gol (contra Paraguay).

"Nos llena de orgullo que viva este momento, es un premio a su perseverancia, pero también a su humildad. Cada vez que Carlos viene de vacaciones acompaña al equipo, aconseja a los muchachos, hace el saque inicial. Se da el tiempo de contar su experiencia y lo que le costó llegar al futbol europeo y a la Selección", señala Herrera.

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