Culturas

Avelina Lésper ya se dio cuenta que si lanzas una piedra, te van a responder: Neón

Neón es el grafitero que pintó el mensaje “Avelina Lésper me la pelas”, frente al que la crítica de arte se retrató.

Todo comenzó con una pedrada muy certera y sin tapujos: "Avelina Lésper me la pelas", que el grafitero mexicano Neón trazó en una pared del sur de la Ciudad de México y que culminaría con un pastelazo.

Aunque sí lanzó el reto directo a Lésper, el grafitero ni siquiera fue el autor intelectual del reciente ataque con pastel; incluso, Neón reprobó la agresión.

"La señora tiene muy buenas ideas, no lo voy a negar, pero no comparto su idea de qué es arte y qué no", dijo Neón, "simplemente ya se dio cuenta de que si lanzas una piedra te van a responder. Así de fácil".

Él pinta para ser feliz y no para agradarle a los críticos, aunque reconoce que no todo el discurso de Lésper es erróneo: rescata algunas ideas, pero se resiste a la etiqueta de los 'sin talento' que usualmente se le coloca a quienes se dedican a esta disciplina en México.

"La pinta del grafiti empezó como un tipo de protesta por las declaraciones de Lésper de que este era cosa de subnormales, de gente sin educación, sin estudios, delincuentes", menciona Neón, "mi amigo (Mufor) y yo dijimos 'si ella puede decir todo eso, ¿por qué nosotros no podemos opinar sobre ella?'"

Simplemente ya se dio cuenta de que si lanzas una piedra te van a responder. Así de fácil.”

Neón, grafitero.

Y aunque utilizó una forma del caló mexicano, no imaginó la escalada de reacciones que irían desde señalarlo de machista hasta peticiones de que humillara o agrediera a Lésper.

"La violencia no es el camino, nunca lo va a ser y probablemente digan que yo violenté su persona, pero no", aseguró, "lo del pastel me parece algo absurdo. Llegar con un pastel no es la respuesta".

El alcance de sus palabras en el grafiti fue tal que se expandió a Estados Unidos, Centroamérica, Argentina, Chile, Europa. Neón recibió tesis sobre arte, grafiti y muchas críticas.

Le agradó que cientos de personas compartieran sus ideas y las refutaran, para él a final de cuentas eso va y viene: críticos sobran y grafiteros también.

"Espero que esto sea un punto de reflexión. Algo que pueda ayudar a dialogarse en un espacio correcto, no en un museo, porque el grafiti en un museo es algo incoherente.

"Avelina no lo va a querer dejar así como así, por el simple hecho de que quiere tener la razón", afirma el grafitero mexicano.

Neón, que también aspira a estudiar arquitectura, espera mejorar su gráfica y técnica además de incursionar en otros métodos con la pintura y el muralismo.

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