Arnold Palmer, el jugador que popularizó el golf entre las masas gracias a su estilo agresivo, su gran carisma y su pinta de ciudadano común, falleció el domingo en Pittsburgh. Tenía 87 años.
Alastair Johnson, director general de Arnold Palmer Enterprises, confirmó que The King Palmer murió por la tarde, debido a complicaciones tras una serie de problemas cardiacos. De acuerdo con Johnson, Palmer fue internado el pasado jueves en un hospital por algunos problemas cardiovasculares, y se debilitó durante los últimos días.
Palmer figuró entre las figuras más importantes en la historia del golf, y no sólo por haber conquistado siete torneos majors y 62 en total dentro de la Gira de la PGA. Su buen aspecto, sonrisa maliciosa y actitud determinada hizo que un deporte dirigido antes sólo a las élites atrajera a un público más amplio.
El golfista lucía igual de relajado entre presidentes que con su público. A su popularidad ayudó el hecho de que su llegada al golf ocurrió casi al mismo tiempo que la televisión se volvió una tecnología común en las viviendas.
El golf con él alcanzó niveles de popularidad sin precedente.