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Antonio Serrano y su armónica flamenca

De todos los instrumentos que toca –piano, violín, percusiones-, Antonio Serrano se ha quedado con el más pequeño; para él, el más grande. El que de la mano de Paco de Lucía lo convirtió en pionero. Con él introdujo la armónica al flamenco.

Algo de sencillez debe tener quien puede llevar en el bolsillo la herramienta de su sustento y de su arte. De todos los instrumentos que toca –piano, violín, percusiones-, Antonio Serrano (Madrid, 1974) se ha quedado con el más pequeño; para él, el más grande. El que de la mano de Paco de Lucía lo convirtió en pionero. Con él introdujo la armónica al flamenco.

"Cuando (De Lucía) me llamó pensé que se había equivocado", dice. "Pensé que para tocar con él había que ser un músico de flamenco de aquéllos; pero después vi que lo que buscaba era un solista que supiera improvisar. Así pude aprender del más grande, los secretos de esta música tan mágica".

El guitarrista lo integraba al último ensamble que formó, a pesar de que tenía sus dudas. "No sabía si la armónica iba a encajar en el flamenco; pero innovar era su signo de identidad". Fueron 10 años de compartir escena con el revolucionario que también importó el bajo eléctrico y el cajón flamenco a esa férrea tradición.

"Algo que la gente no sabe es que en el flamenco no se improvisaba hasta que llegó Paco", destaca Serrano. La muerte de De Lucía en 2014 interrumpió aquel goce que ahora inspira un espectáculo: Herencia, con el que el músico recorre el mundo como parte del sexteto que acompañó al algecireño durante sus últimos años, entre ellos el bajista Alaín Pérez, Israel Suárez El Piraña en el cajón, el guitarrista Antonio Sánchez, y David de Jacoba en el cante. Con ellos visitó el país para ofrecer un concierto en solitario y participar en el festival Clazz Continental Latin Jazz, el sábado pasado. También presentó Harmonious, unipersonal en que interpreta armónica y teclados, de forma simultánea.

Serrano es de esos músicos inclasificables que le hincan el diente a todos los géneros. El clásico le dio el despegue con firmeza, cuando su maestro, Larry Adler –quien a su vez introdujo la armónica a la música de concierto- lo invitó a tocar con él en una presentación que tuvo junto a Plácido Domingo y Barbara Hendrix. Pero el jazz le liberó del corsé de la partitura y lo llevó a alternar con figuras como su homólogo Toots Thielemans.

"Conocí la improvisación cuando tenía 14 o 15 años y me fascinó. Empecé a investigar como pude, porque no había conservatorios en España donde se pudiera estudiar es música, y poco a poco fui desarrollando curiosidad por otras formas; desde entonces he asumido muchos retos de entrar en estilos que no conocía".

Hoy la escena ibérica es distinta y el jazz que se hace allá suena a muchas otras cosas. "Cuando empecé (en los 90), lo que más había eran músicos que tocaban jazz norteamericano, porque en esas fechas hubo bases militares de Estados Unidos por las que pasaron músicos que aportaron mucho al jazz de España. Había muchos puristas. Poco después empezaron a llegar cubanos que nos enseñaron que no había que ser tan purista, que se podía ser muy bueno tocando diferentes estilos. Hoy muchos músicos de jazz se acercan la flamenco, a la música latina y brasileña".

Serrano prepara la grabación de su primer disco de armónica flamenca, que espera lanzar a finales del año. "La mayoría serán temas de mi autoría y habrá un par de Paco de Lucía, un pequeño guiño a mi mentor en el flamenco".

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