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América, un siglo en la cancha

Fue fundado en 1916 por un grupo de estudiantes en la colonia Roma, pero pronto dio paso al América, en homenaje al 12 de octubre en que se celebra el Día de La Raza. El club representa el lugar en el que los extremos, adoración y rencor, se juntan. 

El lugar en el que los extremos, adoración y rencor, se juntan. Entre esas dos actitudes en permanente lucha el América llega al siglo. "El club causa un doble efecto cuando gana: hace feliz a su afición y causa frustración en los rivales", asegura Daniel Brailovsky, militante de la plantilla entre 1982 y 1985.

Guillermo Campeón Hernández -exmediocampista crema- sostiene que formar parte del 11 americanista avala la trayectoria de un futbolista. El juego de debut es un compromiso mayor, agrega, que en otros planteles. Según él, la exigencia pesa más.

Y enfrentarlo, contrapone Claudio Suárez, exzaguero del Guadalajara, exige otro tipo de rencor; más profundo y más demandante. "Los duelos Chivas-América son todo menos intrascendentes". Suárez y el cuadro tapatío pasaban por un estupendo momento cuando se enfrentaron en los 90 al club de Coapa, siempre plagado de extranjeros.

"En dos de mis cuatro etapas con esa institución tuve la ventaja de tener cartera abierta para traer a los jugadores que consideraba necesarios. Traje a Iván Zamorano y Claudio Piojo López, entre otros. Esa es una de sus grandes ventajas: puede fichar a otros elementos que otros equipos no pueden traer. El técnico no batalla para armar una buena plantilla. La verdad es que no es fácil aguantar esa presión", cuenta Manuel Lapuente, exdirector técnico y ex presidente del equipo entre 2001 y 2011.

El América fue fundado por un grupo de estudiantes en la colonia Roma, encabezado por Rafael Garza Gutiérrez, quien era apodado Récord. Este sobrenombre fue adoptado como el primer nombre del cuadro al que, con integrantes del Unión, dieron paso al América, en homenaje al 12 de octubre en que se celebra el Día de La Raza. La oncena sería en la temporada 1924-25, la primera de puros mexicanos en hacerse del título de liga. Hasta entonces gobernaron el balompié amateur clubes de ingleses y de españoles. Ganó en total cuatro diplomas seguidos. El hecho marcaría para siempre su popularidad en la capital y, décadas después, en toda la República.

La era profesional nació en 1943-44. Desde entonces el América y el Guadalajara son los únicos dos equipos que han disputado todos los torneos de paga. Después de la salida del España y el Asturias, equipo de la capital, la provincia se adueñó de los primeros certámenes. El club crema ganó su primer diploma en la temporada 1965-66, con Roberto Scarone en el banquillo.

Éxitos y rivalidades
Aunque en los 70 se hizo de dos campeonatos más (1970-71 y 1975-76), fue en la década de los 80 cuando el equipo forjó su blasón.

En ese tiempo ganó cinco títulos. En la temporada 1983-84 venció al Guadalajara en la única final que se ha disputado entre ambos equipos. "Es mi momento favorito como jugador, porque acrecentamos el pique que teníamos con Chivas. En el juego de vuelta jugamos con 10 hombres desde el minuto 20 del primer tiempo y aun así nos coronamos en el Estadio Azteca", recuerda Brailovsky, quien no volvió a salir campeón con el plantel al que también dirigiría en 2007.

Con Pumas la historia fue diferente. El antagonismo nació con la trasferencia de Enrique Borja –delantero icónico de los universitarios entre 1965 y 1969- al América y terminó de tomar forma en los mismos 80 con los títulos que le ganaron los azulcremas a los auriazules (1984-85 y 1987-88). "Cuando tomamos revancha en la final de la campaña 1990-91, (Ricardo) Tuca Ferretti nos decía en el vestidor que no podíamos perder un campeonato más contra América, que no lo teníamos permitido", explica Claudio Suárez, quien defendió la camiseta de Pumas en ese duelo.

Contra Cruz Azul la rivalidad se edificó cuando los celestes ganaron la final de la campaña 1971-72 al cuadro azulcrema, que era el campeón defensor. Posteriormente, América tomó revancha cuando se quedó con el título de la campaña 1988-89. La rivalidad vive un nuevo capítulo en el Clausura 2013, cuando las Águilas derrotan a los cruzazulinos en la final, partido que jugaron con un hombre menos desde el minuto 13, igualaron el marcador con un gol agónico del portero Moisés Muñoz y ganaron en penales.

"El slogan Ódiame más hizo que la antipatía fuera aprovechada de forma positiva por la propia afición del club", señala el publicista Carlos Alazraki.

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