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Alejandro Aravena, Premio Pritzker 2016

El arquitecto chileno Alejandro Aravena ganó el Premio Pritzker de Arquitectura por una obra que "es epítome del renacimiento de un arquitecto con un mayor compromiso social". El galardón fue anunciado el miércoles por Tom Pritzker, presidente y director de la junta directiva de la Fundación Hyatt.

El arquitecto chileno Alejandro Aravena ganó el Premio Pritzker de Arquitectura 2016 por una obra que "es epítome del renacimiento de un arquitecto con un mayor compromiso social".

El premio fue anunciado el miércoles por Tom Pritzker, presidente y director de la junta directiva de la Fundación Hyatt, con sede en Chicago, que auspicia el premio. Aravena, de 48 años, es el primer ganador chileno del Pritzker y el cuarto latinoamericano.

Al anunciar su fallo el jurado destacó que "pocos han cumplido las exigencias de ejercer la arquitectura como una labor artística al tiempo que enfrentan los desafíos sociales y económicos. Aravena ... ha logrado ambos y al hacerlo ha expandido significativamente el papel del arquitecto".

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Interior del Centro de Innovación en Santiago, Chile

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Exterior de la residencia en la Universidad St. Edward, en Austin Texas

Mencionó, entre otros, cinco edificios que Aravena ha diseñado para su alma mater, la Universidad Católica de Chile, incluyendo la facultad de matemáticas, la facultad de medicina y su Centro de Innovación Anacleto Angelini de 2014, una estructura opaca de concreto con un gran patio interior iluminado por enormes ventanales.

"Parece una estructura poderosa desde la distancia, pero es excepcionalmente humana y acogedora", dijo el jurado, que destacó que el diseño único asegura que el consumo de energía sea mínimo. El diseño también incluye "muchos espacios para encuentros espontáneos y una transparencia que permite observar la actividad en su interior", señaló el jurado.

El currículo de Aravena incluye proyectos públicos, privados y educativos. Ha trabajado en Estados Unidos, en una residencia y un comedor de la Universidad St. Edward's en Austin, Texas, y en Shanghái, China, en un edificio de la empresa farmacéutica Novartis.

En una entrevista en Santiago de Chile, Aravena dijo que sentía un "enorme agradecimiento" por este reconocimiento, que calificó como el equivalente del premio Nobel en su campo. Subrayó la naturaleza colaboradora de la arquitectura.

"La arquitectura es una disciplina colectiva", apuntó. "Se hace para empezar con las manos de otros, los trabajadores que construyen las obras, a diferencia de un escultor que lo hace con sus propias manos".

"La sensación es la de una enorme libertad", dijo. "El camino hacia adelante no está escrito y esa sensación de ir a aventurarse a territorios inexplorados es un poco el espíritu que está aquí dentro de la oficina macerándose en estos días: ¿Qué vamos a hacer ahora? Podemos arriesgar lo que queramos, podemos ir a desafíos inéditos y eso nos entusiasma muchísimo".

El Premio Pritzker de Architectura fue creado en 1979 por el fallecido empresario Jay A. Pritzker y su esposa Cindy para reconocer "a un arquitecto vivo cuya obra construida demuestra una combinación de las cualidades de talento, visión y compromiso, que haya producido contribuciones constantes y significativas para la humanidad y para construir el ambiente a través del arte de la arquitectura". El ganador recibe 100 mil dólares y una medalla.

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