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"A González Iñárritu le falta un discurso propio"

Los críticos de cine Jorge Ayala Blanco y Felipe Coria afirman que el director mexicano aún no logra una propuesta cinematográfica propia, pues se ha dejado llevar por trivialidades que le impiden concentrarse en la esencia de sus tramas. 

Birdman es hoy la sensación en Hollywood. Con nueve nominaciones a los Premios Oscar –entre ellas Mejor Película, Mejor Director y Mejor Cinematografía y Mejor Actor–  la cinta del mexicano Alejandro González Iñárritu ha generado elogios y críticas. 

El crítico de cine y director del Centro de Estudios Cinematográficos (CUEC) de la UNAM, José Felipe Coria, es claro al afirmar que el cineasta capitalino no ha logrado una propuesta cinematográfica propia. Si acaso, dice, lo que ha conseguido es realizar "un cine entretenido con cierta ambición". 

"Todavía le falta mucho para lograr un discurso. Lo logrará cuando prescinda de las cosas banales y accesorias y se centre más en la esencia de sus dramas", considera el crítico de cine Jorge Ayala Blanco.

Sin embargo –continúa– el hecho de que hace ocho años
González Iñárritu se haya separado de Guillermo Arriaga (guionista de sus tres primeras películas: Amores Perros, 21 gramos y Babel) fue muy favorable para el cineasta de 51 años. 

"En sus primeras cintas, lo que hacía Iñárritu no era fragmentar la secuencia, sino hiperfragmentaba; era una especie de pulverización. Sus flashbacks (como los de 21 gramos) eran innecesarios, inútiles y redundantes. En cambio, tras su distancia de Arriaga, logra un cine más íntegro; lo podemos ver en Birdman, que está filmada como un mismo plano secuencia. Lo que hizo Iñárritu fue ir de un polo a otro: de la fragmentación a lo lineal", indica Ayala. 

La película protagonizada por Michael Keaton es el claro ejemplo de que Iñárritu sigue eligiendo mal a sus actores, considera Coria. "El papel de Zach Galifianakis fue muy malo. Edward Norton, por su parte, parece que tiene dos tesituras, la del narcisista y la del hombre íntimo. No se logra una uniformidad". 

Sin embargo, lo más reconocible de la cinta del mexicano –que ya ganó dos Globos de Oro por Mejor Actor y Mejor Guión Original el fin de semana pasado– es la fotografía y la banda sonora, coinciden los críticos. 

"La banda sonora de Antonio Sánchez es interesante, pues subraya la parte artificial e histérica de la cinta, aunque no sé si el hecho de que haya aparecido él fue la mejor elección", señala Coria. 

Ayala Blanco halaga el quehacer fotográfico del también mexicano Emmanuel Lubezki (quien ganó un Oscar el año pasado por su trabajo en Gravity, de Alfonso Cuarón). "Lo más prepositivo de Birdman es la fotografía", asegura. Una opinión que apoya Coria: "Lubezki logra un ejercicio virtuoso de la fotografía". 

Los críticos consideran que Birdman se queda en la superficie y no logra una mayor trascendencia cinematográfica, al menos en el discurso. "Al final, Iñárritu consigue un producto muy artificial", afirma Coria. 

Sin embargo, Ayala Blanco cree que el mexicano va por buen camino para forjar un cine sustancioso, libre de toda faramalla y espectáculo, aunque "todavía le faltan muchos años para conseguirlo".

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