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UNAM, la que genera el mayor número de patentes en México

La máxima casa de estudios es el principal cliente del sistema de patentes de México, dijo Miguel Ángel Margáin, director general del IMPI.

En 2017, la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) generó 53 solicitudes de patente y logró 43 patentes concedidas, dijo el titular de la Coordinación de Innovación y Desarrollo (CID), Juan Manuel Romero Ortega.

Al respecto, Miguel Ángel Margáin, director general del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI), afirmó que "la UNAM es el principal cliente del sistema de patentes de México".

Desde que la CID fue creada, en 2008, hasta diciembre de 2017, esta casa de estudios ha solicitado 413 patentes, y se le han otorgado 177. Estas cifras dan un promedio anual de 42 solicitudes y 18 patentes conseguidas.

En el último año, hubo 53 solicitudes y 43 patentes concedidas. "Nunca antes la UNAM había conseguido tantas patentes concedidas", subrayó Romero, pero reconoció que "subsiste el reto de alcanzar cifras superiores, más compatibles con la dimensión del esfuerzo y talento de los investigadores".

Durante la sexta edición del Programa para el Fomento al Patentamiento y la Innovación (PROFOPI), correspondiente a 2018, el secretario general de la UNAM, Leonardo Lomelí Vanegas, habló de la importancia de consolidar la cultura del patentamiento en la Universidad, porque somos los principales clientes del IMPI, "pero hay un potencial amplio para que podamos elevar esta participación".

Dijo que el siglo XXI se caracterizará por la evolución de la economía del conocimiento. Por ello, las universidades deben impulsar esta cultura entre académicos y estudiantes. "Hay que acercarlos a la importancia que tiene lograr el registro de aportaciones al conocimiento y al desarrollo tecnológico en nuestro país".

El PROFOPI es organizado desde hace seis años por la CID para promover la innovación tecnológica y la cultura de la propiedad intelectual entre investigadores, profesores de carrera y técnicos académicos.

Áreas de interés de la UNAM

Este año participaron en el PROFOPI 42 de las 53 solicitudes de patente presentadas por la UNAM ante el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial en 2017.

Fueron generadas por 178 investigadores, abarcando las áreas de energía (petróleo y energías renovables), industria aeroespacial, compuestos farmacéuticos, dispositivos médicos, sistemas electrónicos, alimentos, nuevos materiales y tratamiento de aguas residuales, detalló Romero.

De los 42 desarrollos tecnológicos participantes, se distinguieron los cinco que obtuvieron el mayor puntaje entre el jurado, que consideró mérito técnico, factibilidad técnica, atracción para el mercado, prospección de negocios e impacto social.

En el auditorio José María Vigil del Instituto de Investigaciones Bibliográficas (IIB), Romero agregó que en los equipos participaron 22 universitarios: 14 adscritos a la Facultad de Química, cinco a la Facultad de Estudios Superiores (FES) Cuautitlán, uno al Centro de Ciencias Genómicas, uno al Instituto de Química y otro al Instituto de Geografía. También participaron seis investigadores de la empresa Polioles S.A. de C.V.

Este premio es una acción concreta para incrementar el patrimonio e impulsar la cultura de protección de los derechos de propiedad intelectual en la UNAM. Además de los requerimientos del jurado, los cinco proyectos tienen viabilidad en el mercado e impacto social.

Dos nuevos compuestos para limpiar petróleo

El PROFOPI se otorgó en esta edición a cinco trabajos universitarios que este año generaron patente. El primer sitio fue para el desarrollo del profesor Jesús Gracia Fadrique y su grupo de colaboradores de la Facultad de Química (FQ), quienes desarrollaron dos nuevos compuestos para limpiar el petróleo crudo de impurezas.

El petróleo en su estado original contiene una cantidad importante de sólidos en suspensión, electrolitos y agua en forma de emulsión, que necesitan removerse, pues causan corrosión y contaminación en los equipos de refinación.

La invención consta de formulaciones de copolímeros de polióxido de etileno (PEO) y polióxido de polipropileno (POP), desemulsificantes del tipo agua en aceite, que son útiles en los procesos de desalado y deshidratación del petróleo. Adicionalmente, estos compuestos se pueden usar como tensoactivos o coadyuvantes para la formulación de emulsiones, detergentes, dispersantes, desengrasantes y humectantes.

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