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Un súperaguacate mexicano, en la mira de científicos


 

Notimex

Cuando se habla de especies mejoradas en agricultura, el maíz, el sorgo y la soya son los cultivos que más se relacionan con el concepto, pero poco se conoce de experimentos con el aguacate, a pesar de que México ocupa el primer lugar como productor mundial, situación que la doctora Claudia Anahí Pérez busca cambiar.

La investigadora del Laboratorio Nacional de Genómica para la Biodiversidad (Langebio), quien encabeza la plataforma tecnológica para el mejoramiento genético del aguacate, explica que el proyecto pretende obtener variedades más resistentes al uso de agua y con mayor contenido de ácidos grasos.

Asimismo, que sus árboles sean enanos para facilitar la obtención del fruto, pues el árbol de aguacate puede medir hasta 20 o 30 metros de altura, lo cual dificulta la labor de los productores, y que las plantas sean más eficientes en el uso del agua, toda vez que el cambio climático provoca que haya menos líquido y el aguacate requiere regímenes pluviales de mil a dos mil milímetros para crecer.

"Buscamos generar especies a las que se les pueda adicionar menos cantidad de agua sin afectar su productividad, así como frutos que contengan mayor contenido de ácidos grasos porque éstos son los que le confieren esa cualidad en cuanto a sabor y nos ayuda a comercializarlo en la obtención de ácidos grasos, cosméticos y usos industriales", destacó.

A diferencia de las variedades transgénicas, estos estudios, que consisten en secuenciar el genoma de 19 variedades de aguacate diferentes, se enfocan en la obtención de variedades mejoradas que ya existen desde hace muchos años.

Se trata, abunda, de obtener marcadores genéticos (etiquetas del genoma existentes en cada una de las variedades), mientras que los transgénicos, por su parte, son organismos cuyo material genético ha sido alterado con técnicas de ingeniería genética.

"Por ejemplo, aquella variedad que sea enana nos puede dar una diferencia en cuanto a una secuencia ubicada en un espacio en el genoma que sea la responsable de ese fenómeno de enanismo y así para ácidos grasos y así para variedades eficientes en el uso del agua", explicó.

La investigadora refiere que el conocimiento genético del aguacate permitirá mejorar su producción para aprovecharlo mejor en el futuro y enfrentar algunos de los problemas que viven los agricultores como la escasez de agua y la susceptibilidad de los cultivos de aguacate "Hass" a plagas y enfermedades que afectan en gran medida su productividad agrícola.

La investigación pretende también obtener una variedad que produzca un fruto de buena calidad, resistente a plagas como la pudrición de la raíz, que puede extenderse hasta en 40 por ciento de los cultivos.

"Si logramos combinar varias de estas cualidades, podremos obtener una variedad de aguacate de suficiente calidad que permitirá a los productores optimizar su productividad nacional", expresó.

Por ello, consideró que los agricultores estarían dispuestos a hacer pruebas piloto de los materiales obtenidos por mejoramiento tradicional, utilizando herramientas genómicas, por lo que "no tendrían ningún problema para aceptarlos y cultivarlos."

La producción de aguacate en México representa más de 30 por ciento de la cosecha mundial, revelan datos del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), organismo dependiente de la Secretaría de Agricultura Ganadería Desarrollo Rural Pesca y Alimentación (Sagarpa).

Son cinco los principales estados productores: Michoacán, que contribuye con 86 por ciento de la producción total nacional; seguido del estado de México, Morelos, Nayarit y Puebla, mientras que los países que más compran aguacate mexicano son Francia, Canadá, Japón y Estados Unidos.

Es tal la importancia de este cultivo que los municipios certificados para exportar aguacate a Estados Unidos cerraron una cosecha récord que superó las 629 mil toneladas a finales de junio, según cifras de la Asociación de Productores y Empacadores Exportadores de Aguacate de México (APEEAM).

La especialista apunta que esta tecnología se puede aplicar a todos los cultivos de importancia y relevancia económica de México y del mundo entero y de hecho, se ha implementado en frutales como la naranja.
 
 

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