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Snowden se suma a activistas que piden a Google no regresar a China

Defensores de derechos humanos argumentan que si la empresa crea un motor de búsqueda para el país asiático, este podría contribuir a la censura y la represión política.

En la víspera del testimonio ante el Congreso del máximo responsable de Google, Sundar Pichai, una coalición de grupos de derechos humanos y activistas, incluido Edward Snowden, exempleado de la Agencia de Seguridad Nacional, han pedido más detalles sobre los planes del gigante de búsquedas en internet para desarrollar su negocio en China.

Amnistía Internacional, Human Rights Watch y el Comité para la Protección de Periodistas se encuentran entre las organizaciones y personas que firmaron la carta, la cual pide a Google que prometa que no creará un motor de búsqueda para China que contribuya a la censura y la represión política en el país.

"Facilitar el acceso de las autoridades chinas a datos personales, como han publicado los medios de comunicación, sería particularmente imprudente", escribieron los autores de la carta.

"Existe un riesgo real de que Google ayude directamente al Gobierno chino a arrestar o encarcelar a personas simplemente por expresar sus opiniones por internet, haciendo que la empresa sea cómplice de violaciones de derechos humanos", subrayaron.

Los activistas también publicaron una carta que obtuvieron del vicepresidente senior de Google para asuntos globales, Kent Walker, que respondía a una serie de protestas anteriores y declaraciones hechas por Amnistía Internacional y otros grupos en octubre.

Walker hace referencia a los objetivos de Google de conectar personas en mercados emergentes a internet y repite las declaraciones hechas por Pichai de que el proyecto Dragonfly, como se conocía internamente al motor de búsqueda en China, no estaba cerca de un lanzamiento formal.

Sin embargo, se abstiene de hacer cualquier compromiso sobre la censura, y en su lugar dice que la compañía evaluará cuidadosamente todos los comentarios antes de tomar una decisión final.

Dragonfly causó revuelo dentro y fuera de Google, y muchos empleados expresaron su preocupación por la posibilidad de que la compañía trabaje con el Gobierno chino después de retirarse del país en 2010, precisamente porque las autoridades chinas presionaron a Google para que ayudara al Gobierno a controlar a sus ciudadanos.

El debate llegará a un momento decisivo este martes, cuando Pichai responda a preguntas ante un comité de políticos estadounidenses. Algunos ya se han preguntado por qué Google está considerando un motor de búsqueda en China mientras se aleja de algunos de sus trabajos con el Ejército de los Estados Unidos.

"Esperamos que los del Capitolio hagan algunas preguntas difíciles a Google", apuntó Cynthia Wong, analista principal de Human Rights Watch.

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