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¿Le falta inteligencia (artificial) al gobierno para mejorar la calidad del aire?

El gobierno de la CDMX ha implementado medidas extraordinarias para reducir la contaminación capitalina, pero éstas (aún) no son a largo plazo. En China, entidad en el que este problema es mayor que en México, usan la inteligencia artificial para aliviar la crisis.

La calidad del aire de la Ciudad de México vive una crisis. Las autoridades de la capital han tenido que decretar medidas extraordinarias para manejar esta situación, que hoy hizo que más de 2 millones de coches tuvieran que dejar de circular. Pero,¿qué pasaría si las decisiones para el control ambiental estuvieran basadas en inteligencia artificial (AI por sus siglas en inglés)?

Según el MIT Technology Review, en China, a unos kilómetros de las oficinas de IBM, los científicos computacionales de la empresa están usando la AI para desarrollar lo que creen podría ser una forma más efectiva de abordar y manejar el problema crónico de contaminación.

El equipo usa modelos y aprendizaje de computadoras para calcular cómo se expandirá la contaminación en Beijing, método con el que se puede emitir un pronóstico de la contaminación con 10 días de anticipación y con una exactitud de kilómetros cuadrados.


Esta información puede darle a las autoridades pertinentes los medios para ejecutar planes de acción, que puedan evitar consecuencias al tomar medidas drásticas, como reducir el número de coches en las calles o cesar la labor de algunas fábricas por un cierto periodo de tiempo.

El proyecto usa datos de contaminantes obtenidos mediante sensores y un modelado de fuentes de contaminación, del clima y del movimiento del aire en función de anticipar qué tan intensa será la contaminación en diversas colonias. También se utilizan datos históricos para mejorar las predicciones con base en un método llamado aprendizaje de máquinas; todos estos factores en conjunto permiten crear los escenarios futuros, le dijo al MIT Technology Review, Xiaowei Shen, director del IBM Research-China.

Los especialistas de la tecnológica incluso pueden obtener estimados de la repercusión económica que generaría el cierre de las fábricas.

De acuerdo con Sarah Williams, una profesora asistente del departamento de Estudios Urbanos del MIT que estudió el problema de la contaminación de Beijing en el marco de las Olimpiadas de 2008, el gobierno chino necesita tomar decisiones en torno a la producción de energía si desean contrarrestar las consecuencias de salud a corto plazo en las personas y los efectos a largo plazo que la contaminación tiene en el clima.

Si localizamos esta problemática en nuestro país, el asunto suena muy familiar; lo que no suena muy familiar es la manera de resolverlo. En México, de acuerdo con datos del IMCO e ICCT, el total de emisiones máximas permitidas para vehículos pesados en México es en promedio ocho veces más alto que los estándares internacionales.

Según la especialista del Centro de Ciencias de la Atmósfera de la UNAM, Graciela Raga, los coches con motores viejos (25 años o más de antigüedad), considerados como superemisores, son los que más contaminan.

En la Ciudad de México, acorde con datos del Inventario de residuos sólidos de la Sedema (2014), hay un total de mil 722 camiones recolectores con más de 40 años de antigüedad, vehículos exentos del Hoy No Circula.

Hoy los índices de contaminación en la ciudad se posicionan en 112. Hace unas semanas superaron los 200. En China, en noviembre pasado, los índices llegaron hasta los 250.

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