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Kalanick, CEO de Uber, deja el cargo tras 'motín' de los inversores

Tras los escándalos que Uber ha protagonizado este año por acusaciones de acoso sexual, los inversores de la tecnológica exigieron la salida de Travis Kalanick, quien cedió y dejó el cargo.

Mientras Travis Kalanick estaba en Chicago entrevistando a un candidato para ser su segundo al mando en Uber Technologies, dos inversionistas estaban en un avión para darle la noticia de que querían que se dejara de ser el CEO de la compañía.

Matt Cohler y Peter Fenton, socios de la firma de capital de riesgo Benchmark, entregaron una carta a mano pidiendo su renuncia, dijeron personas familiarizadas con el asunto.

Fue el resultado de una campaña de varias semanas dirigida entre bastidores por Bill Gurley, otro socio de Benchmark que ocupaba el puesto de consejero de la firma en Uber. La misiva fue firmada por cinco grandes inversionistas, que representan hasta el 40 por ciento de los votos de los accionistas.

Hace más de una semana, en una reunión del consejo condujo a la decisión de Kalanick de tomar un permiso de ausencia indefinido, pero muchos inversionistas seguían preocupados por la reputación de la compañía y la suya propia; consideraban que la licencia temporal era insuficiente.

Redactaron una carta de dos páginas en la que describían sus quejas y en la que culpaban a Kalanick por poner a la empresa en riesgo legal, citando una demanda por secretos comerciales de Waymo, firma de Alphabet, la matriz de Google, y el uso de una herramienta de software llamada Greyball, que es el tema de una investigación penal de Estados Unidos, según dos personas que vieron el texto, pero quienes pidieron no ser identificadas por tratarse de asuntos privados.

La carta se refiere oblicuamente a hallazgos privados de una investigación sobre el pasado de Uber, conducida por el exfiscal general de Estados Unidos Eric Holder. Varios de los inversionistas estaban preocupados porque el papel de Kalanick en algunos de esos incidentes continuaría afectando a Uber, dijeron personas familiarizadas con el asunto.

EL DÍA FINAL
Cohler y Fenton, quienes tuvieron una escasa participación directa en Uber en el pasado, localizaron a Kalanick, de 40 años, en su hotel de Chicago el martes por la mañana. Kalanick leyó el memorándum y los tres hombres hablaron durante una hora. Después de deliberar durante la mayor parte del día, Kalanick decidió renunciar y en un comunicado dijo:

Amo a Uber más que a nada en el mundo, y en este momento difícil de mi vida personal, he aceptado la solicitud de los inversionistas de hacerme a un lado para que Uber pueda reconstruirse en lugar de distraerse con otra pelea


Garrett Camp, fundador y director de Uber, intentó infundir confianza el miércoles: "Vamos a contratar a un gran CEO y seguiremos adelante. El cambio es saludable y necesario", escribió en Twitter. "Es mucho más estable de lo que la gente piensa. Todavía estamos aquí; todavía a cargo de la compañía".

El jueves, más de mil 400 empleados de Uber, casi el 10 por ciento de la compañía, habían firmado una petición mostrando su apoyo a Kalanick y oponiéndose a su renuncia como CEO, según una persona familiarizada con el asunto. "Sí, Travis es defectuoso, como todos nosotros, pero su pasión, visión y dedicación a Uber son simplemente incomparables", dice la petición.

La compañía trató de tranquilizar los ánimos. "Tenemos la suerte de contar con un consejo fortalecido, con directores para guiarnos mientras nos concentramos en servir a nuestros clientes y empleados, mantener nuestro negocio en crecimiento y construir una compañía y cultura de la que podemos estar orgullosos", dijo la firma en un comunicado.

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EL IMPERIO
Aunque la tenacidad de Kalanick finalmente llevó a su caída, fue parte de lo que atrajo a los capitalistas de riesgo a él en primer lugar. Bajo su mando, Uber reunió más de 15 mil millones de dólares para financiar una conquista global que se extendió por más de 500 ciudades durante aproximadamente ocho años.

"Yo quería trabajar con Travis durante una década, antes del lanzamiento de Uber", escribió en un post el año pasado Cohler, quien fue ejecutivo en Facebook antes de unirse a Benchmark. "Yo era un apasionado usuario temprano de Uber en San Francisco; rápidamente se convirtió en algo tan indispensable para mi vida cotidiana como lo fue Facebook para los estudiantes universitarios en 2004".

A medida que la fuerza laboral global de Uber cruzó las 14 mil personas este año, las muchas deficiencias que resultaron del frenético crecimiento comenzaron a mostrarse, y luego vino una ola de escándalos.

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