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Esta empresa quiere cambiar las oficinas con hologramas

La startup Meta, con  sede en San Francisco, desarrolla gafas de realidad aumentada, y las prueba en sus propios empleados para transformar la oficina y convertirla en un espacio sin monitores y cubículos.

Una mañana reciente, Stephanie Rosenburg llegó al trabajo y se encontró con que el monitor de su PC había desaparecido. Miró a su alrededor y vio que los miembros de su equipo llevaban cascos con viseras transparentes y sujetaban objetos invisibles en sus manos. Rosenburg acababa de regresar de vacaciones, así que le tomó unos segundos procesar lo que estaba sucediendo antes de caer en cuenta: "Oh", pensó, "ahora es mi turno".

Rosenburg maneja el marketing de Meta, una startup de San Francisco que hace cascos de realidad aumentada, los cuales superponen imágenes holográficas en el mundo real. Los usuarios pueden manipular modelos tridimensionales con sus manos o navegar por páginas web, enviar correos electrónicos y escribir líneas de código desde pantallas virtuales flotantes.

El fundador de Meta y máximo responsable de la empresa, Meron Gribetz, está decidido a poner fin a lo que él llama la "tiranía de la oficina moderna" mediante la sustitución de monitores, teclados e incluso cubículos por la realidad aumentada. Para lograrlo, el ejecutivo está usando a sus propios empleados, incluida Rosenburg, como sujetos de prueba a fin de que lo ayuden a averiguar qué funciona y qué no.


Cuando Gribetz reveló el plan el año pasado en una Conferencia TED en Vancouver, no se hacía ilusiones sobre el desafío. "Estaba extremadamente nervioso por esto", recuerda. "Estaba yendo contra 50 años de herramientas informáticas".

Gribetz, de 31 años, fundó Meta en 2012 después de estudiar neurociencia e informática en la Universidad de Columbia. El año pasado, el ejecutivo recaudó 50 millones de dólares de inversores como Lenovo Group y Tencent. Hoy, sus dispositivos son utilizados por desarrolladores y compañías, desde arquitectos hasta diseñadores y fabricantes de automóviles. Para fin de año, Meta espera que más de 10 mil personas usen el casco de 949 dólares.

El objetivo de Meta es hacer de su tecnología de realidad aumentada una extensión sin fisuras del mundo real, la cual permitirá a las personas interactuar con hologramas de la misma manera que interactúan con objetos reales. En lugar de hacer clic, arrastrar y pulsar botones, la tecnología permite a los usuarios controlar contenido 3D con las manos. Gribetz cree que el hardware de realidad aumentada se convertirá rápidamente en un producto básico, por lo que está enfocado en perfeccionar el software, inspirándose en la experiencia intuitiva de usuario de Apple.

Según su visión, los trabajadores de oficina se reunirían alrededor de hologramas para colaborar en prácticamente cualquier tipo de tarea. Eso significa que no habrá computadoras, cubículos, escritorios regulares o sillas. La propia oficina de Gribetz ofrece una visión de cómo podría verse un futuro lugar de trabajo. Tiene como escritorio una delgada chapa de madera de su altura, lo suficientemente ancha como para que el casco se apoye en ella. Planea rediseñar el resto de la oficina de Meta de una manera similar.

Alto, con una postura impecable, Gribetz solemnemente describe su visión como una "computación cognitivamente saludable", que ayuda a los usuarios a cerrar "el intervalo entre la imaginación y la creación". Cree que la realidad aumentada eventualmente colocará una "metacapa" de información alrededor de todo en el mundo real.

Toque una porción de comida e inmediatamente vea su contenido nutricional, sostenga una flor y vea su ADN, estreche la mano de alguien en una conferencia y vea una especie de página virtual de LinkedIn. Algunos pueden encontrar esto espeluznante, pero Gribetz cree que la realidad aumentada consiste en acercar a la gente al mundo real.

"Esto no sucederá de la noche a la mañana", dice. "Sin embargo, si avanzas una década o menos, la gente tendrá tiras de vidrio que se verán como las gafas que tengo, y que serán capaces de hacer todo lo que una computadora, una tableta o un teléfono puede hacer, y mucho más".

Meta no es la única compañía con grandes ambiciones para la realidad aumentada. Microsoft y Apple también están dedicando considerables recursos al desarrollo de la tecnología; Tim Cook, de Apple, dijo a Bloomberg que estaba tan entusiasmado que quería "gritar y gritar".

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