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El plan para hacer de Tasmania una inmensa batería

La isla australiana podría ser clave para un futuro energético verde en el país, pero primero debe superar a opositores políticos y demostrar su viabilidad económica.

Chris Gwynne observa la presa que se eleva en la Reserva Natural de Tasmania y evalúa si la gigantesca estructura de hormigón podrá resistir los vaivenes políticos que podrían impedirle desempeñar un papel clave en el futuro de energía limpia de Australia.

En momentos en que algunos legisladores buscan prolongar la dependencia del país al carbón para la generación de electricidad, Gwynne y su empleador, Hydro Tasmania, impulsan una inversión de 5 mil millones de dólares australianos (3.7 mil millones de dólares estadounidenses) para transformar la presa Cethana y otras de la misma vía acuática en una batería gigante. El objetivo es usar el exceso de energía para bombear agua de las partes más bajas a las más altas, donde se la pueda almacenar para su uso cuando la demanda de electricidad es elevada y se necesita mayor suministro.

El llamado bombeo hidráulico (una tecnología de almacenamiento que también se propone para la presa Hoover en los alrededores de Las Vegas) podría ser un baluarte contra los cortes de electricidad que han afectado el sudeste de Australia los últimos veranos. Si bien se han invertido 40 mil millones de dólares en proyectos solares y eólicos en los últimos 10 años a los efectos de reemplazar generadores a combustión de carbón, hacen falta sistemas de almacenamiento de energía para asegurar el suministro durante los momentos de mayor demanda.

SEGURIDAD DE LA ENERGÍA

Si bien el bombeo hidráulico cuesta más por kilovatio que la energía solar o a carbón, la seguridad que incorpora a las redes eléctricas que dependen cada vez más de energía renovable lo hace invalorable. Por otra parte, la larga vida útil del bombeo hidráulico significa que esos proyectos pueden proporcionar un retorno de la inversión durante un siglo o más, en comparación con unas pocas décadas de otras fuentes.

En el caso de Tasmania, el bombeo hidráulico promete duplicar la capacidad de energía limpia de la isla a cinco gigavatios y alimentar la red de Australia por medio de un cable submarino. Persisten, sin embargo, dudas respecto de la viabilidad económica del proyecto, cuyo modelo financiero aún no se ha decidido, y de su factibilidad luego de que un cable existente se rompiera hace dos años.

"El bombeo hidráulico es la tecnología de elección para el almacenamiento de energía en gran escala", dijo Gwynne, director de proyecto de la estatal Hydro Tasmania.

DE CHINA A SUIZA

Se han construido plantas de bombeo hidráulico en China, Suiza, Israel y Francia. En 2016 se comisionaron en el mundo unos 6.2 gigavatios de plantas de bombeo hidráulico, lo que eclipsó los 688 megavatios de baterías de iones de litio que entraron en servicio, según un informe de 2017 de Bloomberg New Energy Finance.

El primer ministro de Australia, Malcolm Turnbull, es uno de los entusiastas. El exbanquero de Goldman Sachs ha apoyado la transformación de 14 viejas plantas hidroeléctricas de Tasmania en modernas plantas de bombeo luego de que una serie de grandes cortes de energía y los crecientes costos de la electricidad indignaran a los votantes. Está prevista la realización de elecciones federales en mayo del año próximo.

La implementación de los proyectos propuestos más que cuadruplicarían la capacidad de almacenamiento hidroeléctrico bombeado de Australia a 11.5 gigavatios, el cuarto más grande del mundo, según la Base de Datos de Almacenamiento de Energía Global del Departamento de Energía de EU. También proporcionaría un amortiguador importante para equilibrar la volatilidad en el suministro de energía eólica y solar a la red nacional.

Pero, la utilización de la capacidad de almacenamiento de Tasmania depende de un cable de 370 kilómetros que se construye debajo del mar en el Estrecho de Bass. No se ha llegado a un acuerdo sobre cómo o por quién se financiará el proyecto de mil millones de dólares. Hydro Tasmania, que opera como un operador de monopolio en el estado, espera que el financiamiento se vuelva más claro una vez que el trabajo de prefactibilidad se complete el próximo año.

Facciones dentro de la propia coalición Liberal-Nacional de Turnbull, incluida la del ex primer ministro Tony Abbott, permanecen casadas con las plantas a carbón. El desmantelamiento de los generadores de carbón envejecidos y la escasez de nuevos significa que la contribución de los combustibles fósiles al suministro de energía de la nación ha disminuido al 65 por ciento desde el 90 por ciento en las últimas dos décadas.

"Hay una transición maravillosa a las energías renovables que ocurren en este país, pero la pregunta es, ¿continuará así?", dijo Matt Stocks, un investigador en energía renovable de la Universidad Nacional de Australia en Canberra. "A pesar de las barreras políticas, los factores de costo implican que las energías renovables eventualmente vencerán a los combustibles fósiles, pero proyectos individuales como los planes hidroeléctricos en Tasmania todavía tienen que demostrar su valía en el mercado".

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