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El botón secreto con el que Uber evadía las redadas

El sistema de Uber para prevenir de cateos fiscales a la compañía ya se encuentra en documentos judiciales, pero su alcance y origen aún no se detalla.

En mayo de 2015, diez investigadores de la autoridad fiscal de Quebec irrumpieron en la oficina de Uber en Montreal. El fisco creía que la empresa había violado las leyes fiscales y tenía una orden judicial para reunir pruebas.

Pero los jefes de la oficina sabían qué hacer, según personas con conocimiento del hecho. Al igual que los jefes de cientos de oficinas de Uber en el extranjero, habían sido capacitados para llamar a un número que alertó al personal en la sede central de la compañía en San Francisco. Desde ahí desconectaron de forma remota las computadoras en Montreal, haciendo imposible que las autoridades recuperaran los registros de la firma. Los investigadores se fueron sin evidencia alguna.

La mayoría de las empresas tecnológicas no esperan un cateo policial en sus oficinas, pero Uber no es como el resto. Su reputación de desacatar leyes laborales locales y reglamentos para taxis la han convertido en un blanco en todo el mundo. Ahí es donde entra en juego este sistema remoto, llamado Ripley.

Desde la primavera de 2015 hasta finales de 2016, Uber usó rutinariamente Ripley para frustrar redadas policiales en el extranjero, dicen tres personas familiarizadas con el sistema. Ripley aparece en un puñado de documentos judiciales, pero su alcance y origen no han sido pormenorizados.

El equipo del cuartel general de Uber que supervisa Ripley podía cambiar remotamente las contraseñas y bloquear los teléfonos y las computadoras, así como apagarlos. Esta rutina se denominó "el protocolo del visitante inesperado", pero los empleados terminaron por llamarlo Ripley, por la heroína de las películas de Alien, interpretada por Sigourney Weaver. El nombre se inspiró en una frase del personaje, luego de que los alienígenas vencieran a un escuadrón humano: "Destruye todo el sitio desde la órbita. Es la única forma de estar seguros".

Otras compañías desconectan sus computadoras durante redadas policiales, y luego otorgan acceso a los agentes después de verificar la orden judicial. Uber tiene razones para ser cuidadosa con la información sensible que posee sobre sus clientes y sus ubicaciones en todo el mundo. Ripley se destaca en parte porque fue usado regularmente (al menos dos docenas de veces, según personas con conocimiento del sistema) y en parte porque algunos empleados involucrados dicen que sintieron que el programa ralentizó investigaciones.

"Las definiciones de obstrucción de la justicia varían ampliamente según el país", señala Ryan Calo, profesor de derecho cibernético de la Universidad de Washington. "Lo que está claro es que Uber mantuvo un patrón general de arbitraje legal".

"Como cualquier empresa con oficinas en todo el mundo, tenemos procedimientos de seguridad para proteger los datos corporativos y de los clientes", dijo Uber en un comunicado. "Cuando se trata de investigaciones gubernamentales, nuestra política es cooperar con todas las búsquedas y solicitudes válidas de datos".

Uber ya ha sido investigada por el Departamento de Justicia estadounidense por al menos otras cinco estrategias.

Un año después de la fallida redada en Montreal, el juez en la demanda del fisco de Quebec contra la compañía escribió que "Uber quería cubrir la evidencia de sus actividades ilegales" y que las acciones de la empresa en esa redada reflejaban "todas las características de un intento de obstruir la justicia". Uber dijo al tribunal que nunca borró sus archivos. Colaboró ​​con una segunda orden de cateo que incluía explícitamente los archivos y aceptó recaudar impuestos provinciales por cada viaje.

Uber usó Ripley de forma habitual durante cateos en Ámsterdam, Bruselas, Hong Kong y París, afirman las personas cercanas al tema.

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