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Mérida boutique, propuesta hotelera clásica

Mérida es un destino que ofrece estancias lujosas que algunas vez fueron casas particulares o haciendas, descubre aquí algunas de ellas.

Más allá de las estancias exclusivas que ofrecen las haciendas de Mérida, son los hoteles boutique los que están ganando un lugar en cuanto a gustos y preferencias entre los viajeros, que hoy exigen experiencias únicas.

Con esta perspectiva, Mérida es un destino que ofrece estancias lujosas combinadas con varias opciones para consentir los sentidos como el gusto, con la fusión de la gastronomía local y europea presente en cada platillo, visual en la arquitectura y muebles coloniales, así como en el olfato, con perfumes y esencias originales.

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CON ESTILO EUROPEO

Una de tantas casas tradicionales yucatecas pertenecientes a la época de auge henequenero se convirtió hoy, aprovechado la implementación de los estilos europeos que ya poseía, en un espacio para el descanso, una alimentación sana y una experiencia olfativa en cada esquina.

Es Casa Lecanda que, por iniciativa de su propietario italiano, Esteffano Marcelleti, se ha remodelado y adaptado a las exigencias del viajero actual que busca comodidad y lujo en el centro de la ciudad.

Esta construcción de 1905 se convirtió en 2011 en lugar de alojamiento de huéspedes de distinción. Con siete habitaciones, el hotel comenzó como un espacio para descansar pero era tal el gusto por los clientes de pasar allí el día entero, que se tomó la decisión de incluir comidas y cenas de autor, según Esteffano.

Al momento de abrir la puerta de cualquier habitación la experiencia olfativa hace su aparición. Esencias de la perfumería artesanal Coqui Coqui se han impregnado en cada espacio, desde lavandas, maderas y flores. Lo mejor es que es existe la posibilidad de ambientarla al gusto y preferencia de cada cliente.

En la cocina, las ideas del chef Cristian Bravo, quien ofrece comida mediterránea, y, junto con las del propio Esteffano -quien cuenta con un restaurante llamado Oliva a una cuadra-, brindan la opción de personalizar las experiencia gastronómica a grupos privados incluyendo tours especiales por toda la edificación.

Tejas francesas originales y pisos de otras casas que fueron haciendas, hacen el decorado especial de un lugar en el que se percibe, desde la entrada, una tranquilidad que probablemente en tiempos de auge de reyes, deseaban como hoy.

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EL COLOR DEL CIELO

El mote de Azul de este hotel le queda como anillo al dedo. La esquina que se forma en la calle 60 número 343, por la 35 y la 37 es de ese color y corresponde al hotel boutique de ocho habitaciones, declarado monumento histórico en 1982, Casa Azul.

Esta antigua edificación estilo francés original de 1908, y que brilló en la época henequenera y del porfiriato, fue adquirida por el empresario Raúl Bobadilla hace cuatro años. Está muy cerca del Paseo de Montejo, la avenida principal de Mérida.

El 60 por ciento de los pisos y puertas son originales y se encuentra como era entonces, con piezas de antigüedad y objetos exclusivos de arte. Hoy declarada dentro de los Tesoros de México, se han hospedado allí empresarios, deportistas y artistas. Personalidades como Ludwika Paleta y Emiliano Salinas la rentaron completa para hospedar a sus invitados la noche de su boda.

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COMODIDAD CON UN TOQUE DE CACAO

Lo que alguna vez fue una mansión abandonada del siglo XIX, hoy se consolida como el primer hotel boutique de Mérida.

Con 8 años de servicio cuenta con una remodelada estructura, idea del arquitecto Salvador Reyes Ríos, en la prestigiosa Avenida Paseo de Montejo del centro colonial.

Rosas & Xocolate cuenta con 17 habitaciones que fusionan el estilo moderno con el encanto del viejo mundo. Sus habitaciones con tinas al aire libre, destacan por sus altas paredes e invitan a recostarse en la bañera por la noche en compañía de un buen vino o trufas de chocolate.

En el lobby existe una pequeña tienda en la que se vende chocolatería belga. Esto y servicio de bicicletas gratis para los huéspedes hacen del lugar un espacio donde es posible, además, tener una cena especial y escuchar música jazz en vivo en la parte alta.

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LA MANSIÓN

La casa de los abuelos maternos del empresario Raúl Casares, de finales de 1890, tiene un poco más de un año abierta al público. Hoy Mansión Mérida cuenta con 14 habitaciones en la que muebles antiguos y paredes pintadas a mano con estilos de flores y decorados europeos y candelabros que parecen adornados con diamantes por su brillo, hacen de este lugar una auténtica mansión.

Una fuente justo en medio del patio de entrada da la primera impresión. Las ventanas de cada espaciosa habitación están doblemente reforzadas para que ningún ruido extremo perturbe la paz. Además los corredores cuentan con pequeñas salas con sus mesitas de centro en las que hay libros para leer, con la finalidad de hacer que el visitante se apropie de cada esquina de la antigua mansión.

Tours a la afamada ruta Puuc de Mérida que comprende haciendas, sitios arqueológicos y pueblos, se pueden organizar desde este hotel.

COCINA EVOLUTIVA

De nueve tiempos. No olvide comer en Kuuk y probar la cena extravagante de nueve tiempos, en donde el chef, Pedro Evia, explica a los comensales la composición de cada platillo, el cual se coloca una vajilla hecha especialmente para la ocasión. Destacan los elementos de madera como el huevo de codorniz, en una estructura ovalada y en la que, al destaparse el humo de leña impregna el sentido del olfato.

Néctar: una cocina que fusiona ingredientes regionales yucatecos es el concepto del restaurante del chef Roberto Solís. Para él estudiar gastronomía en el extranjero le ha permitido experimentar nuevas experiencias como crear sus propias conservas, ahumar sus productos y usar especies endémicas que se están intentando reproducir.

Ciudad Blanca: Realice un recorrido por la capital yucateca a bordo del camión Carnavalito y conozca más sobre los estilos arquitectónicos de esta ciudad, el Paseo de Montejo y sus casonas; las casas del antiguo Itzimná que a principios del siglo XX se localizaba a las afueras de la ciudad y donde venían a vacacionar las familias más distinguidas de la ciudad, son algunas de las alternativas.

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