Ningún país puede evadir el cambio, ya sea causado por algún desastre natural o por modificaciones en la situación política o tecnológica, y la forma en la que se prepara y reacciona a estos shocks tiene un gran impacto en el éxito de sus ciudadanos y sus instituciones.
Para medir qué tan preparados están los países para enfrentar el cambio, KPMG realiza el Índice de Preparación para el Cambio (CRI, por sus siglas en inglés), que en su cuarta edición incluye a 136 países y tiene en la cúspide a Suiza.
"El CRI muestra una visión que revela los países mejor posicionados para soportar y beneficiarse del inevitable cambio, así como los factores detrás de su disposición", indicó Jesús González, Socio de Asesoría en Sostenibilidad, Gobierno Corporativo y Administración de Riesgos de KPMG en México.
El Índice estudia la capacidad de los países basándose en tres pilares: empresas, gobierno y ciudadanía y sociedad civil, y permite identificar los ámbitos en los cuáles deben mejorarse las políticas públicas y enfocar inversiones para enfrentar el constante cambio a nivel mundial, así como establecer las áreas de atención prioritarias.
Dentro del Indice se incluyeron 21 países de América Latina: existen países que se posicionan en la primera mitad de la lista general, como Chile (24), seguido de Uruguay (29), Costa Rica (33), Panamá (41) y Perú (47). Considerando únicamente los países de la región, México se encuentra en el lugar 8.
"Se deben replantear objetivos, tareas y mediciones para que el crecimiento demográfico, a futuro, realmente se transforme en un bono y no en un conflicto. Temas como educación, corrupción y estado de derecho deben ocupar los principales puntos de la agenda nacional, donde tanto empresa, como gobierno y sociedad civil tienen retos y trabajo por delante. En la fuerte dinámica mundial y local, debemos reaccionar de forma proactiva con mayor velocidad, para cosechar oportunidades", agregó González.
Los países mejor posicionados tienen la combinación de servicios sociales, redes de seguridad, oportunidades académicas y económicas necesarias para afrontar el cambio en la sociedad.
Para elevar su utilidad el CRI no mide factores como PIB o productividad, sino aquellos indicadores sobre los que una sociedad puede incidir, como inversión en infraestructura, con lo que se pueden identificar las políticas necesarias para mejorar el nivel de preparación.
Además, es importante destacar que la riqueza no es suficiente para lograr un alto nivel de preparación ante el cambio, pues 7 de los últimos 15 lugares del ranking son países ricos en reservas petroleras.
En cambio, Ruanda, una nación africana de ingresos bajos que enfrentó guerra civil y genocidio, muestra un gran avance en materia de fortaleza gubernamental, seguridad, responsabilidad fiscal y presupuestaria, regulación y apoyo a las empresas, lo que la llevó al sitio 46, por encima de naciones de ingresos altos como Grecia.
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