MAZATLÁN. Doce cuerpos calcinados, con huellas de tortura y heridas de bala, fueron encontrados en un poblado del municipio de San Ignacio, al sur del Sinaloa.
El procurador del estado, Marco Antonio Higuera Gómez, informó que seis de los cadáveres portaban chalecos tácticos por lo que no se descarta que hayan pertenecido a una banda de gavilleros que operan en la sierra entre los municipios de San Ignacio, Concordia y Cosalá, colindantes con Mazatlán.
Mientras las corporaciones policiacas se trasladaban a la comunidad El Chaco, en donde fueron localizados estos cuerpos, les reportaron otros tres ejecutados en el municipio de Concordia.
El gobernador Mario López Valdez reconoció que desde el mes de mayo existe un problema de inseguridad y de violencia en los municipios de San Ignacio y Concordia, que atenderán de manera especial, por lo que llamó a una reunión urgente de las autoridades de seguridad y militares para establecer un operativo especial en esa región.
Los 12 cuerpos calcinados fueron reportados alrededor de las dos de la madrugada en las faldas de un cerro, en el camino vecinal que conduce de la cabecera municipal de San Ignacio a la comunidad El Chaco.
Los cadáveres estaban apilados en una camioneta tipo Silverado, de color negro, sin placas de circulación, la cual tenía encendida la marcha del motor y con las luces activadas.
Extraoficialmente se han identificado a seis cuerpos, sin embargo, será hasta que se realizan las pruebas periciales para confirmar la identidad de cada uno.
Los primeros identificados son: Martín Ruvalcaba García, Rafael García Arana, los hermanos Ever, Juan Francisco y Remberto Hermosillo García, y Edel Hermosillo.
Los familiares habían reportado el secuestro de individuos desde el domingo en la mañana en el poblado de Vado Hondo, municipio de Cosalá, pero indicaron que la mayoría de los victimados pertenecen al poblado El Guayabo.
Por otra parte, en la comunidad Las Trancas, del municipio de Concordia se reportaron tres ejecutados a balazos. Los cuerpos fueron identificados como Cipriano Astorga Valderrama, de 29 años de edad; Eduardo Labrador Olivaría de 37 y Celedonio Mancinas Labrador de 66 años, todos con heridas de bala.