Sociedad

Bandas delictivas terminan con la tranquilidad de comunidad yucateca

El municipio de Oxkutzcab se ha despojado de sus tradiciones mayas para convertirse en la localidad más violenta del estado, en donde al menos siete bandas luchan por el control dela zona. 

OXKUTZCAB, Yucatán.-La adopción de costumbres y modas de migrantes yucatecos, que retornan de Estados Unidos, ha acabado con la paz y tranquilidad del pueblo sureño de Oxkutzcab, convirtiéndolo en el municipio más violento del estado, en donde el enfrentamiento entre bandas ha registrado asesinatos, heridos con arma blanca, robos y el incendio en viviendas por actos delictuosos.

Este fenómeno social encendió las alarmas en la comunidad yucateca, pues la violencia que se vive en Oxkutzcab ya rebasó la capacidad de respuesta de la autoridad municipal, propiciando por el miedo de la comunidad la entrada de emergencia de los cuerpos de seguridad del estado y de la federación.

A 105 kilómetros de Mérida, la capital de Yucatán, se encuentra este municipio que se ha despojado de su tranquilidad y tradiciones mayas, para convertirse en el foco rojo del estado, ante la presencia de los Pelones, los Pablines, los Romeros, los Canarios, los Galdinos, Los Osos y Sur 13 que luchan por el dominio de la zona contra otros seis grupos de delictivos.

No obstante, son 13 las bandas que operan en este municipio, de poco más de 29 mil habitantes, que por sus enfrentamientos se registró en este año siete homicidios, cinco viviendas quemadas y más de 20 heridos por armas blancas, según reporte la Policía Municipal.

El subdirector de Atención a Migrantes del Instituto para el Desarrollo de la Cultura Maya, Ángel Basto Blanco, indicó que este problema social tiene su origen en el retorno de personas que trabajaban en Estados Unidos, pues del total de integrantes de las bandas, el 30 por ciento son jóvenes que fueron deportados de ese país, y que saben que ya no podrán regresar a ese país.

Y el restante 70 por ciento son muchachos que han nacido y crecido en la localidad, que ya fueron influenciados por los malos estilos que los deportados trajeron a su retorno, recalcó.

Oxkutzcab, reveló, es el municipio que registra el mayor número de migrantes yucatecos en el territorio estadounidense, principalmente en Oregón, San Francisco y Portland, California, de ahí que el tipo de vivienda, los negocios, la comida y la forma de vestir de la población son copiados de esas ciudades.

Al retornar muchas de esas personas que fueron a probar suerte a Estados Unidos y que por algún motivo no se quedaron, traen modas y costumbres de bandas de ese país, que con facilidad son adoptadas por los jóvenes de la localidad.

De acuerdo con datos del INDEMAYA, actualmente hay cerca de 11 mil personas originarias de Oxkutzcab que radican en Estados Unidos, que en su mayoría son empleados de restaurantes en las diferentes áreas de esos negocios.

Esa cifra, anotó, indica que una tercera parte de la población de ese municipio migró a Estados Unidos, lo que lo convierte en el principal exportador de migrantes de Yucatán.

Basto Blanco señaló que el 85 por ciento de las personas deportadas llegan a su pueblo sin recursos, y se les dificulta conseguir empleo porque los sueldos no les convencen.

Esta problemática que se tiene en Oxkutzcab es un choque cultural, entre las tradiciones mayas y las costumbres americanas adquiridas, al convivir con integrantes de bandas salvadoreñas como la Mara Salvatrucha, entre otras tantas que hay en el territorio estadounidense.

Por esa ola de violencia registrada en Oxkutzcab el secretario de Gobierno del Estado, Víctor Caballero Durán, destacó que la Secretaría de Seguridad Pública desplegó un destacamento cercano a la zona y se ha detenido a sujetos involucrados en algunos de los siete homicidios reportados por esta cuestión.

La ayuda al Ayuntamiento de esa población, afirmó, se da respetando la autonomía municipal, pues este problema, que involucra a jóvenes entre 22 a 28 años de edad, tiene más de un año.

Por esta razón, subrayó, se ofrecerán más intervención de la policía estatal y se reforzarán los programas educativos, psicológicos, culturales y deportivos para evitar que el problema siga en aumento y que otros jóvenes se sumen a los grupos delictivos.

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