El sismo registrado hace tres décadas devastó casi en su totalidad a Ciudad Guzmán, una localidad del sur de Jalisco, acostumbrada a los movimientos telúricos, por su cercanía al Volcán de Colima.
La mayoría de las viviendas eran casas viejas, construidas de adobe, y quedaron reducidas a escombros; las calles principales, Manuel M. Dieguez, e Ignacio Mejía, era un catálogo de ruinas, recuerda el cronista de la ciudad, Fernando González Castolo; "el 60 por ciento de las construcciones fueron destruidas totalmente, el 30 por ciento de las fincas resultaron con daños, y sólo el 10 por ciento de las viviendas no sufrió daño".
El desastre dejó 32 muertos, más de 900 heridos y alrededor de 33 mil damnificados, de entre éstos, más de 12 mil personas arrendaban su vivienda, según las cifras del ayuntamiento ubicado a 132 kilómetros de Guadalajara.
El temblor destruyó el Santuario de Guadalupe, además de la Catedral, que se quedó sin sus torres cónicas, similares a la Catedral de Guadalajara. Otros 14 centros eclesiásticos resultaron con afectaciones severas.
LA AYUDA
Los migrantes, residentes en Estados Unidos, y originarios de la localidad, hicieron aportaciones para reconstruir la ciudad, y apoyaron a sus familiares que vieron afectadas sus viviendas. Se creó la Comisión Estatal de Reconstrucción de Jalisco para apoyar a los damnificados.
Ciudad Guzmán es ahora una localidad muy distinta, después del temblor, dado que la población creció casi al doble, y se construyeron nuevos fraccionamientos y edificaciones. Muchas de las viviendas afectadas fueron reconstruidas con apoyo del Ayuntamiento.
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