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Un despido es peor que un divorcio

Según un estudio con datos proporcionados a Bloomberg, a los trabajadores les cuesta más trabajo recuperar su bienestar tras perder el empleo, que una pareja.

"No funciona" podría ser una de las frases más dolorosas de la lengua, una frase que lleva a meses de angustia y noches de insomnio. Peor aún es cuando procede de un jefe.

Los empleados despedidos nunca recuperan el mismo nivel de bienestar, lo que comprende salud mental, autoestima y satisfacción con la vida, según datos proporcionados a Bloomberg esta semana a partir del análisis de más de 4 mil trabajos de investigación.

Perder el empleo puede ser un gran golpe, un episodio que genera una mayor declinación de la satisfacción con la vida que enviudar o divorciarse, según el análisis que realizaron la University of East Anglia y el What Works Center for Wellbeing, una organización independiente creada por el gobierno británico.

Las personas desempleadas se sienten cada vez más infelices durante unos años. Su esperanza es encontrar un nuevo empleo permanente –preferentemente prestigioso y con alto salario- que pueda calmar parte de la conmoción.

Quienes pierden una pareja, en cambio, pueden recuperarse. "Cuando alguien pierde una pareja, el bienestar experimentará una gran caída y luego vuelve a los niveles anteriores", dijo Tricia Curmi, del What Works Center for Wellbeing."Pero en el caso del desempleo no vemos que eso pase".

El bienestar de los hombres británicos vuelve a los niveles normales dos años después de perder una pareja y cuatro años después de la ruptura de una relación.

En el caso de la pérdida de un empleo, el bienestar sigue declinando durante más de cuatro años, y los hombres sienten más el golpe que las mujeres.

La gente puede sobreponerse a pérdidas y divorcios. La emoción de conocer alguien luego de una separación puede acelerar el corazón, mientras que a las personas les cuesta sacudirse la decepción del desempleo, según un análisis de 2011 de trabajos de investigación que realizaron académicos de la Freie Universität Berlin.

No hay suficientes pruebas para determinar por qué los despidos nos afectan tanto, pero los investigadores lo relacionan con la importancia que damos a tener un buen empleo. "En esta sociedad hay que trabajar, contribuir, para tener sentido", dijo Curmi.

A pesar de las quejas, a la gente le importa su empleo y el apoyo social que recibe de sus compañeros de trabajo.

Casi la mitad de los trabajadores británicos está satisfecho con su empleo, mientras que sólo el 25 por ciento no lo está, según un informe que difundió el mes pasado el Chartered Institute of Personnel and Development, una asociación de recursos humanos.

El impacto de un despido es particularmente marcado en los trabajadores más jóvenes, según el análisis. T

Tom O'Sullivan, que tiene 18 años, fue despedido de su primer empleo luego de un período de prueba de tres meses. Estima que se debió a que había faltado un día por enfermedad durante el primer mes.

"Es evidente que no es lo que uno quiere que pase", dijo O'Sullivan, que vive en el noreste de Inglaterra. "No es precisamente algo bueno para la propia seguridad, sobre todo en lo que respecta al siguiente empleo. Uno tiene que decir que fue despedido".

La ayuda de familiares y amigos puede mitigar el impacto, y los extrovertidos se recuperan más rápido, si bien no por completo, según la investigación.

La inspiración divina también puede aliviar el dolor, dijo Curmi. "Quienes concurrían a la iglesia de forma habitual se vieron más protegidos del impacto del desempleo", dijo.

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