Política

Trasplante, cuando un riñón se convierte en regalo de vida


 
 
 
Sandra Marina

Las luces de los quirófanos 5 y 6 se encienden. La música aligera el ambiente de estas salas donde muchas personas jamás quisieran estar. No es así para Alicia. Durante año y medio hizo grandes esfuerzos, como perder 10 kilos de peso, para poder donar su riñón izquierdo.
 

Lejos de estar nerviosa o con miedo, Alicia dice sentirse 'feliz' porque pondrá fin a la diálisis peritoneal y hemodiálisis que Marcos, su hijo de 21 años de edad, ha encarado durante 500 días.
 
 
Como si quisiera deshacerse de sus más grandes pecados, el equipo médico talla con abundante jabón, cepillo y en repetidas ocasiones sus uñas, manos y antebrazos. Y por si ante tal refriega sobreviviera algún pecadillo, continúan con la desinfección mediante el gel antibacterial. Finalmente, los guantes terminan siendo su segunda piel, aquella que permitirá sentir en todo momento el calor del cuerpo y el galopar de la sangre.
 
 
Ataviados con uniformes desechables nos encontramos a unos metros de la mesa quirúrgica.
 
Como una orquesta, cada quien atiende su parte para lograr resultados en conjunto. Las enfermeras encienden el equipo, preparan el material; las anestesiólogas verifican cantidades a suministrar… uno de los médicos explica a Alicia que la extracción del riñón se realizará de manera "abierta" y no como se tenía previsto, mediante la cirugía laparoscópica.
 
 

El doctor Marcos Sinuhé Escalona Delgado, responsable del programa de trasplante renal en el Centro Médico Adolfo López Mateos, en Toluca, detalla: "La laparoscópica es menos dolorosa, las incisiones son pequeñas y el tiempo de recuperación es menor, pero la empresa que se encarga del equipo lo trae incompleto y sin esterilizar por lo que no representa un procedimiento seguro para el paciente".
 
 

Alicia, ama de casa de 46 años de edad, observa la actividad con gran serenidad y de la misma manera recibe el piquete en la espalda que reforzará el bloqueo sensorial de la cintura para abajo. La anestesia general la hace caer rendida en los brazos de Morfeo… una máquina empieza a respirar por ella.
 
 

La música se suspende. Es remplazada por el cantar de instrucciones médicas y el sonido del rompimiento de bolsas de esterilización e instrumentos quirúrgicos. Será la constante a escuchar durante las varias horas que duran las intervenciones quirúrgicas.
 
 
Todos toman sus puestos. Los 3 doctores se miran a los ojos. 08:42 de la mañana: el bisturí coincide con la piel de Alicia.
 
Besos de fuego
 
Marcos espera en la sala exterior. Aunque se mira abstraído por las luces del techo, su mano juguetea con el cableado de los dispositivos médicos.
 
 
Es un joven sociable, se expresa con madurez pero su mirada refleja inocencia. Relata: "La semana estaba nervioso, pero hoy no… lo que tenga que venir que venga".
 
 

Señala que al principio le costó trabajo enfrentar su enfermedad: "Todo lo vi muy difícil, pero aprendí que no hay que hacerle caso… hay que enfocarse en cosas positivas y seguir adelante".
 
 

Si bien su padecimiento lo obligó a ausentarse por un año de la escuela, finalmente Marcos concluyó la preparatoria. "Mis amigos me apoyaron, incluso a mis maestros les dio por hablar de mi enfermedad, la explicaban y me pedían que expusiera lo que estaba pasando. La entendí y dejé de tenerle miedo".
 
 

Recuerda que comenzó con síntomas de cansancio y vómito que no lo dejaba descansar. "Pero un Domingo de Ramos fue cuando me convulsioné y me llevaron a Toluca. Luego de muchos estudios, los doctores me informaron que mis riñones no estaban funcionando. Sin pensarlo mi mamá me dijo que ella me donaría su riñón.
 
"No sé por qué lo hace, si soy el hijo que, desde que nací, le ha dado lata. Pensaban que iba a nacer en parto normal y no fue así; el cordón umbilical lo tenía enredado en el cuello y no lloré hasta que me dieron la tercera nalgada… cuando salía de la secundaria me gustaba escaparme para recolectar hongos al cerro, ya llegaba tarde a casa, pero con comida. Es padre disfrutar la vida".
 
– ¿Cuando estés dentro del quirófano en qué quieres pensar?
 
Sin digerirlas suelta sus respuestas:
 
– En los campos de árboles de nuez, durazno y ciruela de mi pueblo, de San Juan Xoconusco (Donato Guerra); en los manantiales y quizá en la canción 'Besos de fuego', de los Alacranes.
 
 
Alrededor de las 09:20, Marcos es trasladado al quirófano seis, a sólo unos metros donde se encuentra su mamá. Recibe anestesia general. Todos los parámetros vitales son vigilados. Absorto por la luz, de repente sus ojos empiezan a mirar sólo hacia dentro.
 
 
09:58 un bisturí electrocauterio 'cosquillea' la parte abdominal baja derecha del joven. "La segunda oportunidad", como Marcos considera, abre camino.
 
 
Cambio de dueño
 

Las enfermeras vigilan la frecuencia cardiaca, presión, saturación de oxígeno de Alicia. Las hábiles manos de los doctores profesan bajo dos grandes reflectores de luz blanca. Como en las películas, se escucha a los cirujanos pedir instrumental y ordenar las acciones a seguir: "bisturí, disección, tijeras, succión, ángulo".
 
 

Las compresas de sangre caen al fondo del cesto de basura o al piso. Una enfermera las recoge y las acomoda para contarlas al final de la operación y verificar que corresponda con el número de sobres abiertos.
 
 
El riñón izquierdo sale del cuerpo de Alicia, los médicos lo describen: "Mide 12 por 10 por 8 centímetros". Lo depositan en una bandeja de acero inoxidable para limpiarlo en solución custodial.
 
 

10:37 horas. El pequeño y rosado órgano cambia de sala ya preparado para cambiar de dueño.
 
Con el rostro menos tenso, los especialistas urólogos suturan la herida de Alicia.
 
 

11:15 se da por terminada la cirugía. En tanto, en la sala 6 anuncian que el riñón se ha conectado al cuerpo de Marcos e iniciado su función: "Arteria, vena y vejiga normal; injerto, normal", señalan los doctores.
 
 

11:40. Las enfermeras desconectan a Alicia de la máquina para que respire por sí misma y tratan de despertarla: ¡Alicia abre los ojos… despierta! ¡Alicia ya la operaron! ¡Respira profundo, pasa tu saliva y respira".
 

Pasadas las 12:30 horas los doctores están por terminar el procedimiento con Marcos. La adrenalina baja en el quirófano y los intérpretes de la 'orquesta' se van retirando.
 

En tanto, la sala 5 es limpiada con urgencia para atender una inesperada cirugía de vesícula.
 

Alicia y Marcos estarán en supervisión médica para verificar que no presenten sangrado, infecciones de cualquier tipo o reacción alérgica a medicamentos y, con el tiempo, alguna reacción inmunológica o rechazo al órgano, "lo cual en la gran mayoría de los pacientes es una complicación reversible que puede originarse por los inmunosupresores o alguna infección".
 
 
Donan más las madres
 

El doctor Marcos Sinuhé Escalona Delgado, responsable del programa de trasplante renal en el centro médico Adolfo López Mateos y quien encabezó esta cirugía, comenta que pese a que en el país se practican cada vez más trasplantes, aún se está muy por debajo de lo que se requiere.
 
 
Afirmó que en el Estado de México 60% de los trasplantes son de donador cadavérico y 40% de donador vivo.
 
 

"De los 2,300 trasplantes anuales que se hacen a nivel nacional, sólo 400 son de donador cadavérico".
 
 

Detalló que en dos años este nosocomio, dependiente del Instituto de Salud del Estado de México (ISEM), ha realizado 30 trasplantes de riñones, "aun de derechohabientes del IMSS o ISSEMyM, debido a que sus cirugías fueron programadas hasta después de varios meses o un año".
 
 

Sinuhé Escalona señaló que de los familiares que comparten sus órganos en vida el 50% son madres; 30, hermanos y hermanas y 20% padres.
 
 

Tras la intervención con Alicia, el doctor Jorge Valdez Colín explica que los trasplantes de órganos deberían convertirse en una rutina de los hospitales de especialidades, "considerando la rutina no como algo monótono, sino con un concepto que entraña práctica y conocimiento que nos permite ahorrar tiempo en las cirugías y brindar mayor seguridad al paciente.
 
 
"Este procedimiento de donante en vida salió muy bien, aunque tiene sus riesgos porque está en juego la existencia de dos personas. En estos casos debemos ser muy cuidadosos.
 
 

"Sin embargo, Jorge Valdez señaló que la donación de pacientes vivos cada vez es más fácil de lograr, "pues en la gente tiene la necesidad de ayudar, en tanto que familiares de donadores fallecidos se encuentran en una etapa de duelo y no saben qué hacer".
 
 
La falta de recursos para poder continuar con el tratamiento post operatorio es el principal factor que impide llevar a cabo trasplantes de órganos, "toda vez que los medicamentos son muy costosos y se deben de tomar de por vida".
 
 
"Hay veces que tenemos candidatos para efectuar los trasplantes, pero muchas veces no son intervenidos porque no cuentan con los recursos para adquirir los inmunosupresores, que sirven para que el organismo no rechaze el órgano.
 
 
Jorge Valdez dijo que quizá eso explique que el Seguro Popular todavía no ha cubierto la insuficiencia renal. "El gasto es catastrófico y no habría dinero para todo lo demás. Además habría que considerar que en el país hay mucho diabético y uno de las complicaciones de esta enfermedad es la insuficiencia renal. El presupuesto en realidad no alcanzaría".
 
 

El especialista agregó que las condiciones de vida también pueden ser contraindicaciones para un trasplante, ya que son pacientes que al tomar inmunosupresores sus defensas no son las mejores y no deben arriesgarse a una infección. "Los candidatos no deben vivir en habitaciones con piso de tierra y la convivencia con animales debe estar restringida, entre otros factores que deben ser considerados".
 
 

Finalmente señaló relevante que las instituciones y autoridades gubernamentales impulsen la donación cadavérica a fin de evitar poner en riesgo la vida de dos personas.
 
Por su parte, el urólogo José David Santana Díaz señaló que si bien especialistas de México fueron los que adiestraron a médicos españoles en la práctica de trasplantes de órganos, ahora este país europeo es un ejemplo a seguir en el tema, "pues realmente se ha formado conciencia entre la población en el tema y los especialistas son mejor remunerados. Aquí lo mismo gana un médico general, que los trasplantólogos.
 
 
 
 
 
 
 
 
 

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