GUADALAJARA. La tesis de que primero hay que producir riqueza para luego poco a poco redistribuirla en forma de ingreso es un completo fracaso, un engaño, y eso ha quedado demostrado ante la actual crisis económica que padece la humanidad, afirmó el político mexicano Pablo Gómez Álvarez.
Durante las actividades del tercer día del Encuentro Internacional: La Izquierda Democrática, que tuvieron como sede el Paraninfo de la Universidad de Guadalajara, el también fundador del Partido de la Revolución Democrática (PRD) indicó que ante la crisis económica actual que aqueja a naciones de Europa y a Estados Unidos, la izquierda democrática debe dejar de comportarse como la derecha y rechazar todo tipo de recortes, y proponer e impulsar un nuevo programa de administración económica.
Al participar en la Mesa Temática: "La crisis en Europa y USA, sus repercusiones", Gómez Álvarez recalcó que es necesaria una izquierda emergente que cuente con un nuevo programa de administración económica y contribuya a una disminución drástica del capital especulativo y de la sobreliquidez.
Pero para lograr eso, dijo, será necesario escindir a la izquierda de la derecha, mediante una nueva ruptura histórica, cuyo centro sea otra racionalidad social y un nuevo método de administración que quiebre el proceso de acumulación de capital.
"La izquierda puede diferenciarse de la derecha volviendo a ser ella misma, levantando su propio programa de alcance mundial frente a la dictadura del capital especulativo y frente a las estructuras donde éste se produce inciertamente", subrayó.
Pablo Gómez añadió que hoy la izquierda carece de un programa capaz de detener esa forma de acumulación de capital que genera la sobreacumulación, pues está claro que no es que hayan los recursos, sino que más bien es la forma en que se concentran y el uso que se les da, que no es el que realmente le corresponde a las necesidades de un Estado.
Por ello, reiteró que ya es tiempo que la izquierda se deje de comportar como la derecha, y rechace todas aquellas propuestas de recorte, que solo son un abanico social para mantener un patrón dominante en el consumo.