Luis Carlos Cano
Después de varias semanas de que la gasolina que expende Petróleos Mexicanos en Ciudad Juárez, Chihuahua, causó daños a vehículos particulares y oficiales, fuentes de la paraestatal dieron a conocer que desde este mes suspendió la dotación del combustible de importación y abastecerá el combustible de la refinería de Pemex ubicada en Cadereyta, Nuevo León.
Al mismo tiempo, personal del área de laboratorios inició con el análisis de los filtros de las bombas despachadoras de gasolina en esta frontera, para lo cual llevaron muestras al Instituto Mexicano del Petróleo, en la capital del país.
Al respecto, la vocera de Pemex en Chihuahua, Morayma Loo Tarín, explicó que la terminal juarense era abastecida con combustible importado de Estados Unidos, por lo que la importación quedó suspendida desde el miércoles.
En su lugar, indicó, el combustible consumido en Ciudad Juárez será abastecido de la refinería de Pemex ubicada en Cadereyta, Nuevo León, ante la sospecha de que el defecto provenga del material estadounidense.
Loo Tarín describió que desde que el problema fue reportado a las oficinas estatales de Pemex, en Chihuahua, por las denuncias vertidas por la Organización Nacional de Expendedores de Petróleo (Onexpo) y de los concesionarios gasolineros que reportaron problemas por el suministro del combustible señalado, personal especializado retiró los filtros de gasolina de las máquinas identificadas.
"Pemex ya inició acciones de monitoreo e investigación y vamos a investigar qué está pasando. Por el momento, a partir de esta semana se empezará a surtir de la estación de servicio de Cadereyta, Nuevo León, a Ciudad Juárez", expresó la vocera.
Además, Pemex ordenó el monitoreo de la terminal de almacenamiento de Juárez para completar la investigación técnica de la causa de los desperfectos, y tanto las muestras de combustible, como los propios filtros fueron enviados a los laboratorios del Instituto Mexicano del Petróleo, que ya confirmó su recepción y el inicio del análisis.
Sobre este tema, empleados de refaccionarias particulares dieron a conocer que la venta de bombas de gasolina se cuadruplicó en las últimas dos semanas, cuando comenzaron a aparecer los primeros indicios de sospecha del defecto del combustible.
Las propias agencias automotrices y los automovilistas particulares expresaron su consternación ante el fuerte gasto económico que implica el tener que reparar una pieza que se valúa entre 3,000 y 4,000 pesos, más la mano de obra por la instalación y que en algunos casos tuvo que ser sustituida hasta cuatro veces.
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