Política

8 mil médicos del mundo se entrenan en Houston


 
 
Rosalía Servín Magaña / enviada
 
HOUSTON. Conscientes de que la práctica médica necesitaba una educación constante, especialmente en materia quirúrgica, hace siete años el Hospital Houston Methodist instauró el Instituto Metodista de Tecnología, Innovación y Educación (MITIE, por sus siglas en inglés), un centro de entrenamiento con la más avanzada tecnología, que anualmente es visitado por más de ocho mil médicos de todo el orbe que buscan renovar sus conocimientos.
 
"El médico no entrena", afirmó  Nilson Salas, director del programa de Investigación y Formación de Microcirugía de este instituto, quien sostiene que un buen médico debe hacer lo que hacen todos los deportistas profesionales, entrenar antes de su actuación, que para el caso de los médicos es con vidas humanas, lo cual resulta de mayor responsabilidad.
 
"A una gran mayoría de cirujanos les falta capacitación, aun cuando ya han hecho cirugías", señaló el también director del Laboratorio Inanimado de Habilidades, al resaltar la necesidad de que cada centro de enseñanza cuente con un lugar como éste.
 
El MITIE consta de tres componentes principales: un laboratorio de habilidades de procedimiento, para la formación práctica con modelos; un conjunto de salas de operaciones para la investigación del procedimiento, guiado por imágenes, cirugía robótica y desarrollo tecnológico, así como un hospital virtual para recrear ambientes de atención de pacientes de alto riesgo.
 
Para ello emplea simuladores que recrean cualquier situación de un paciente, pues lo mismo respiran, tosen o hablan para responder a algún cuestionamiento médico, que muestran frecuencia cardiaca, presión arterial, cambios en respiración y hasta dilatación de pupilas.
 
Asimismo, este centro de entrenamiento cuenta con instructores técnicos, robótica y dispositivos de imagen, que hacen posible el entrenamiento quirúrgico en más de 26 especialidades médicas.
 
Entre otras cosas el MITIE cuenta con robots Da Vinci, diseñados para posibilitar cirugías complejas con invasiones mínimas al cuerpo humano, usado especialmente para operaciones de próstata, reparaciones de válvulas cardiacas y procedimientos quirúrgicos ginecológicos y que aquí es utilizado para entrenar precisamente en microcirugías.
 
El proceso de aprendizaje comienza con el desarrollo de nuevas tecnologías o técnicas de procedimientos por parte de científicos y médicos que trabajan en el núcleo de investigación del instituto.
 
De acuerdo con Salas, también trabajan de la mano con alrededor de 30 compañías de desarrollo tecnológico, las cuales los mantienen al tanto de los nuevos avances.
 
Una de las "novedades" de este instituto es el análisis que los científicos hacen de los médicos, quienes durante su entrenamiento quirúrgico son tomados por una cámara que mide el nivel de estrés que enfrentan y que permite afirmar que quienes menos entrenamiento tienen, más estrés enfrentan.
 
"De ahí la necesidad de entrenarse constantemente", dijo el experto, quien recordó que un especialista debe actualizarse por lo menos cada cinco años.
 
"Los médicos piensan que los cinco años de estudio son suficientes para entrar y operar, pero siempre se debe practicar y estar capacitados, incluso hasta en las nuevas suturas", concluyó Salas, quien sostiene que hasta el mejor especialista siempre puede aprender algo nuevo.
 
 
 
 
 

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