Política

Izquierda hace historia al presidir ambas cámaras del Congreso de la Unión

Primera vez en la historia del Congreso, el Partido de la Revolución Democrática preside ambas Cámaras, lo cual es “una muestra de que la izquierda puede alcanzar cargos de Estado con madurez", afirman los perredistas.

CIUDAD DE MÉXICO. Pasaron cinco años desde la última vez que un perredista asumió por primera ocasión la presidencia de la Mesa Directiva del Senado de la República, con Carlos Navarrete Ruiz, y 17 desde que un legislador del sol azteca hizo lo propio en una cámara del Congreso, con Porfirio Muñoz Ledo.

Ya entrada la noche de ayer, el líder de la fracción del PRD en la Cámara alta, Miguel Barbosa Huerta, tomó las riendas de ese órgano legislativo para el tercer año de ejercicio de la 62 legislatura. Y lo hizo sin la unanimidad del pleno de ese órgano legislativo, con 85 votos a favor y siete en contra.

Hace apenas ocho meses que el perredista se debatía entre la vida y la muerte en un hospital, en medio de la discusión en el Senado de la reforma constitucional en materia energética.

En esos días de confusión por su paradero alguien se atrevió a decir lo que pasaba. Que Barbosa Huerta había sufrido una crisis diabética que lo habían orillado a amputarse una de sus piernas. Pero ahora todo es diferente. Barbosa Huerta asume con vitalidad y entereza, de pie, la conducción de la Cámara alta.

Cada quien su estilo, sus formas. El 1 de septiembre de 1997, cuando verdaderamente se comenzó a escribir la historia de la alternancia en el país, Muñoz Ledo marcó por primera vez la diferencia en la historia contemporánea del Poder Legislativo.

Electo unas horas antes como el primer legislador de izquierda que se hacía del control de la Cámara de Diputados --en medio de una crisis constitucional por la negativa del PRI a que asumiera el mando de San Lázaro—le lanzó de frente al entonces presidente Ernesto Zedillo, al responder su Tercer Informe de Gobierno, que "vivía en la obcecación" al defender su política económica.

Doce años después, en los últimos días de agosto de 2009, Carlos Navarrete Ruiz, hoy aspirante a dirigir al PRD, empuñó una rosa roja en su mano izquierda y argumentó que ese fue el símbolo de la transición española hacia la democracia, con una formación de izquierda, encabezada por el Partido Socialista Obrero Español (PSOE).

TRAYECTORIA Y RETOS

Ahora la historia da un vuelco. Barbosa Huerta anunció hace unos días su separación de la corriente Nueva Izquierda o los Chuchos, a la que pertenece Navarrete Ruiz, al argumentar su desdibujamiento como partido opositor. El senador apoya hoy a Cuauhtémoc Cárdenas para la dirigencia perredista y afirma que es la única figura para encauzar a la izquierda partidista.

En su momento fue uno de los principales críticos del Pacto por México, principal mecanismo del presidente Enrique Peña Nieto para sacar adelante distintas reformas estructurales, entre ellas la de telecomunicaciones y la de energía, en las cuales su bancada votó en contra.

Siempre argumentó que el Congreso no sería "ventanilla de trámites" de esas iniciativas del Ejecutivo federal. Pero construyó el consenso necesario al interior de su bancada para aprobar, junto con el PRI, la cuestionada reforma fiscal del Ejecutivo federal en noviembre del año pasado.

Hoy recalca una y otra vez que esta responsabilidad la llevará a cabo con institucionalidad, con la ley en la mano y como un "hombre de Estado". Es notoria la confianza y camaradería del priista Emilio Gamboa Patrón y del panista Jorge Luis Preciado. Lo apapachan y le desean lo mejor para este ejercicio.

El priista Raúl Cervantes Andrade, presidente saliente de la Mesa Directiva del Senado, quizá uno de los hombres más institucionales e imparciales que haya dirigido a este órgano parlamentario, agradece, reitera su petición de licencia a su escaño y anuncia su incorporación a la academia. Ayer hubo historia en el Senado, se le vea por donde se le vea.

SILVANO CELEBRA QUE PRD PRESIDA AMBAS CÁMARAS

El perredista Silvano Aureoles celebró que por primera vez en la historia del Congreso de la Unión el PRD presida ambas Cámaras y argumentó que simplemente es "una muestra de que la izquierda puede alcanzar cargos de Estado por su madurez política y apertura a la búsqueda de soluciones a las grandes demandas de la población".

En respuesta las críticas de sus propios correligionarios, el legislador dijo en un comunicado que "esto es reflejo del fortalecimiento democrático en México".

"La llegada del PRD al escenario político-legislativo se debe, en gran medida, a la fuerza ciudadana que ha depositado su confianza en este partido para alzar la voz y mantener vivos los anhelos de lucha por un mejor país, desde las instituciones y los órganos de toma de decisión", destacó Silvano Aureoles, en su calidad de nuevo presidente de la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados.

Aseguró que "habrá todas las garantías y la apertura para la revisión de los temas que marquen las agendas parlamentarias, lo que habrá de conformar la ruta general de trabajo del Congreso".

Para ello "el Congreso de la Unión se encuentra listo para dar inicio a este nuevo periodo ordinario, que debe ser igual de intenso que los anteriores, por el número de propuestas legislativas que están en puerta, además del desahogo de los temas de carácter económico y fiscal".

"El ritmo de la Cámara sigue, hemos sido una Cámara y una Legislatura muy productivas y creo que este paso hay que seguirlo para culminar las grandes reformas que México necesita", recalcó el legislador michoacano.

Asimismo, informó que se encuentra ya en coordinación con la Secretaría de Gobernación para ultimar detalles, de cara a la entrega del Informe de Gobierno del titular del Ejecutivo, que hará el titular de esa dependencia, Miguel Angel Osorio Chong.

Por ello, ofreció un "trato respetuoso e institucional para encauzar el debate y alcanzar los consensos necesarios que permitan identificar las coincidencias en temas que el país demanda, bajo una lógica de entendimiento, diálogo y responsabilidad".

Confió en avanzar lo más pronto posible en la conformación de la agenda del Congreso de la Unión, con base en las prioridades que cada uno de los Grupos Parlamentarios haya establecido en sus respectivas reuniones plenarias.

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