Política

Enfermarse ¡cuesta caro!


 
Rosalía Servín Magaña
 
 
 
Laura lo sabe muy bien. Si hace 15 años cuando a su esposo Sergio le detectaron diabetes, él hubiera tomado la enfermedad con la seriedad que debía, actualmente no estaría padeciendo de glaucoma, hipertensión arterial, insuficiencia renal y descalsificación, complicaciones que le acarrean gastos mensuales que rebasan los 30 mil pesos.
 
 
"Prácticamente Sergio trabaja para vivir, la mayor parte de su sueldo se le va en su salud", admite Laura, quien recuerda cómo han batallado desde que en 2009 la diabetes les cobró la factura.
 

"Ha sido una pesadilla, de tener buenos ingresos en más de 30 años de trabajo de ambos, ahora vivimos al día. Por fortuna, Sergio tenía un seguro de gastos médicos mayores, que es el que nos ha ayudado a sobrellevar esta situación, que no obstante, nos lleva a hacer cuantiosos gastos", dice.
 
 
Explica que uno de los gastos más fuertes son las hemodiálisis, cada una de las cuales tiene un costo de dos mil 800 pesos y de las que Sergio requiere dos por semana para sobrevivir, dado que ninguno de sus dos riñones le funciona ya.
 
 
A esto se deben sumar los estudios de laboratorio que debe hacerse cada dos meses, y que van de los 3 mil 500 a los 6 mil pesos, según lo que se solicite, sin contar las transfusiones de sangre y las visitas a los especialistas (nefrólogo, nutriólogo, oftalmólogo, etcétera), a cada uno de los cuales hay que pagarles en promedio 600 pesos.
 
 
Pero Sergio también ha recurrido a varias clases de terapias y tratamientos, entre los que Laura recuerda el factor de transferencia, cuyo frasco tiene un costo de 800 pesos, células madre (50 mil pesos); suero de anguila (tres mil 500 pesos trimestrales), más suplementos alimenticios y múltiples medicamentos.
 
 
Además, han tenido que gastar en operaciones, la más reciente la de fémur, luego que su descalcificación causara su ruptura.
 
 
"La operación nos salía en 120 mil pesos en un pequeño hospital de la ciudad, lo que nos llevó a acudir al IMSS, donde no obstante, terminamos gastando cerca de 40 mil pesos, entre materiales y aparatos ortopédicos", señala Laura, quien asegura que el dinero "se les va de las manos", pero mientras puedan, seguirán "comprando vida".
 
 
Éste es tan sólo un pequeño ejemplo de lo encarecido que resultan algunos padecimientos, no sólo para el Estado, sino para las familias, que son quienes terminan gastando más de 50 por ciento de sus ingresos en resolver sus problemas de salud.
 
 
De acuerdo con Armando Arredondo, investigador titular en Economía de la Salud del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP), se tiene claro que las enfermedades crónicas con las más caras del país, entre las que destacan la diabetes, la hipertensión y la insuficiencia renal, no sólo por el tipo de gastos en que se incurre, sino por la cronicidad de las enfermedades.
 
 
"En 2011, el costo de atención de la diabetes en México fue de 8 mil millones de dólares, donde la carga económica tiene un peso relativo en los costos indirectos que se atribuyen a la mortalidad prematura y la discapacidad permanente", dijo en entrevista.
 
 
Actualmente, México es el sexto país con más casos de diabetes en el mundo, diez millones de personas afectadas y una prevalencia entre adultos de 20 a 79 años, de 15.59 por ciento, lo que la está convirtiendo en una epidemia en evolución.
 
 
 
 
Rápido crecimiento
 
 

Miguel Ángel Lezana Fernández, coordinador del Centro de Estudios en Sistemas de Salud de la Fundación Mexicana para la Salud (Funsalud), afirmó que el costo anual de la diabetes equivale al menos al uno por ciento del PIB, donde aproximadamente dos terceras partes del gasto corresponden a costos indirectos. Esto sin contar que los costos directos crecen a una velocidad promedio anual de 13 por ciento.
 
 
"En 2012, el gasto total del IMSS para la atención de seis padecimientos (diabetes, hipertensión, insuficiencia renal crónica, cáncer cervicouterino y de mama, así como VIH), fue de 5 mil 800 millones de dólares, de los que tan sólo 2 mil 680 millones fue para la atención a la diabetes", destacó durante su participación en el Segundo Diálogo sobre Diabetes en México.
 
 
En América Latina, se estima que el costo de atención por la enfermedad representa entre el 40 y 60 por ciento de los ingresos familiares.
 
 
Por ejemplo, una persona con diabetes controlada, gasta en promedio entre dos mil 500 y cinco mil pesos mensuales (18 mil a 60 mil anuales), de los cuales entre mil 500 a cuatro mil, se destinan en medicamentos, material y equipo; de 500 a 700 en exámenes de laboratorio y otros 500 a 800 en consulta a especialistas.
 
 
Estos costos, según lo señalan algunas aseguradoras, se elevan en 12 por ciento en caso de hospitalización y hasta en un 45 por ciento en caso de complicaciones.
 
 
Otra alta carga económica la representa la hipertensión arterial (HTA), que en tan sólo seis años (2000 al 2006) incrementó su prevalencia en 19.7 por ciento, hasta afectar a uno de cada tres adultos mexicanos (31.6 por ciento).
 
 
Una investigación publicada en mayo de este año en la revista Jou Reports in Public Health, a cargo del doctor Armando Arredondo, reveló que de 2010 a 2012, el costo para el sector salud mexicano en la atención al problema de HTA, pasó de 5 mil 160 millones de dólares a 6 mil 536 millones de dólares, lo que representa poco menos del gasto que se invierte en la atención a la diabetes.
 
 
El análisis titulado "Cambios epidemiológicos y consecuencias financieras de la hipertensión en América Latina: implicaciones para el sistema de salud y los pacientes en México", muestra que, en 2010, los gastos directos para la atención de la HTA (consultas, medicamentos, hospitalización, complicaciones, etcétera), fueron de poco más de dos mil 446 millones de dólares y pasaron a tres mil 100 millones en 2012.
 
 
En tanto que los costos indirectos (muerte, incapacidad permanente o temporal), se incrementaron en esas mismas fechas de más de dos mil 713 millones de dólares a más de tres mil 437 millones.
 
 
El documento también destaca que en 2011, los mayores gastos por proveedores de servicios de salud, los tenía el IMSS, al invertir más de mil 404 millones de dólares, seguido por la SSA con 842 millones 711 mil y el ISSSTE con 561 millones 796 mil.
 
 
Sin embargo, el mayor gasto que se hizo fue el de bolsillo, al contabilizar dos mil 924 millones de dólares.
 
 
Otra de las enfermedades resultantes de la diabetes e hipertensión arterial, es la insuficiencia renal crónica (IRC), un padecimiento que lamentablemente también va en incremento.
 
 
Datos de un estudio publicado en 2012 por el INSP --Años de vida ganados y calidad de vida para evaluar el costo-efectividad de intervenciones para la insuficiencia renal en México--, asegura que la incidencia de este padecimiento se ha aproximado abruptamente a niveles semejantes a los de países industrializados.
 
 
Aunque no existe un registro oficial de casos, se calcula que en México existen 70 mil urémicos (con falla en riñones) que demandan servicios de atención al sistema de salud en cualquiera de sus modalidades (público o privada). Además resalta la importante prevalencia de pacientes diabéticos, que son responsables del 40 por ciento de casos de IRC.
 
 
En México, los procedimientos que operan médicamente para el tratamiento de la IRC son la diálisis peritoneal, la hemodiálisis y el trasplante renal, cada uno de los cuales --de acuerdo a este análisis--, tienen un costo anual por caso de cinco mil 643, nueve mil 631 y tres mil 21 dólares, respectivamente (al tipo cambiario de 11.15 pesos en su momento).
 
 
Si las estimaciones en 2010 señalaban que el 74 por ciento de los pacientes recibía diálisis peritoneal y el 26 por ciento hemodiálisis, y tomando en cuenta la cifra de 70 mil personas con necesidad de terapia sustitutiva, se puede estimar un gasto de 467 millones 606 mil 146 dólares, a los que se sumarían los costos por los mil 426 trasplantes renales que se realizan al año, y que en total equivaldría a un monto de 471 millones 914 mil 92 dólares.
 
 
Sin embargo, las cifras de pacientes con IRC son inciertas, pues hay quienes hablan de hasta 140 mil personas, lo que elevaría los costos a cerca de mil millones de dólares anuales.
 
 
Otros estudios estiman que el costo anual promedio en el sector público, por el tratamiento de un individuo en hemodiálisis es de 159 mil pesos, y el costo de atender a la población que podría demandar terapia de reemplazo renal es cercana a los 11 mil millones de pesos, que se acercarían a los mil millones de dólares que plantean otros análisis.
 
 
Pero hay muchas otras enfermedades onerosas. Para Rafael Lozano Ascencio, director general adjunto del Centro de Investigación en Sistemas de Salud del INSP, las enfermedades cerebrovasculares, los cánceres, los padecimientos mentales y las músculo-esqueléticas, también forma parte de este espectro.

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