Política

En Coyuca, los pobladores tienen que comenzar de cero




 
 
Sandra Marina / enviada
 
COYUCA DE BENITEZ, Gro. A 15 días del desbordamiento del Río Coyuca, los habitantes aún cargan su tragedia: las despensas no alcanzan, al igual que las vacunas contra el dengue; debido a que sus hogares se convirtieron en "verdaderos pantanos", muchas familias viven afuera de sus hogares; además de enfrentar albergues saturados, incomunicación, y la falta de alimento y desempleo, esto último debido a la devastación de tierras de cultivo.
 
 
Pobladores señalan que pese a sentir "un respiro" porque la contingencia "aparentemente disminuyó" el índice de muertes violentas en el municipio, señalan que las intensas lluvias y el rebose del río los "han dejado en la nada… tenemos que empezar de cero tal cual porque ni trabajo hay".
 
 
De acuerdo con el alcalde Ramiro Ávila Morales, el escenario en Coyuca todavía es muy complicado: la reconstrucción del puente que enlaza a la comunidad con la carretera a Zihuatanejo presenta un avance no mayor al 50 por ciento; hay 15 mil personas damnificadas y falta por concluir el censo de daño en viviendas; 5 mil personas se ubican en zonas de alto riesgo por ubicarse en las inmediaciones del cauce, "por lo que lo más razonable sería reubicarlas, pero representaría una gran inversión".
 
 
"Además de que existen comunidades como Barrio Nuevo, Bejuco, Cimientos, entre otras, (cada una con aproximadamente 300 habitantes) que la ayuda no ha podido llegar por encontrarse del otro lado del río o en la zonas altas… por ello urge el apoyo con helicópteros".
 
 
Durante la entrega de despensas en comunidades de Coyuca afectadas por los efectos de Manuel por parte de la Policía Federal y a la cual el alcalde se integró de manera repentina, Ávila Morales señaló que de las 12 mil hectáreas de cultivo que existen en el municipio, sobre todo de platanares, maíz y frijol, 11 mil 500 fueron dañadas, de las cuales sólo 4 mil 300 estaban aseguradas por el gobierno guerrerense.
 
Alimento y ayuda
 
 
 
 
Al dejar el aeropuerto de Punta Diamante, se observaron pobladores de la Laguna de Tres Palos que demandan ayuda y alimento sobre las laterales de la autopista Diamante a los vehículos de la Policía Federal, Marina y Ejército que circulan por allí cargados de víveres. Pese a hacer señas con las manos y mostrar grandes mantas, con leyendas como "La Laguna necesita ayuda" , sólo ven cómo se aleja lo que pudo ser su alimento de ese día.
 
 
Antes de internarnos en la exuberante vegetación de la montaña de Coyuca, sobre la carretera a Zihuatanejo, maquinaria pesada trabaja en sitios de deslave. Rocas y gran cantidad de lodo y escombros, ocupan el sentido contrario de la carretera.
 
 
"Apenas terminan de reconstruir en un lado cuando a unos metros se registra otro derrumbe. Como en todas las acciones que se realizan en la contingencia, parecen de nunca acabar", comenta a quien esto escribe un elemento de la Policía Federal.
 

También lee: