Política

Crecen posturas encontradas sobre el Nevado de Toluca


 
Miriam de Regil
 
El cambio de estatus del Nevado de Toluca sigue provocando controversia. Para Luis Fueyo Mac Donald, comisionado nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), la nueva categoría "incrementa las hectáreas de conservación del ecosistema al pasar de 46 mil a 53 mil", sin embargo, Greenpeace señaló: "No vemos que Semarnat tenga un plan de trabajo que refleje la protección que dicen se tendrá".
 
En entrevista con El Financiero, el funcionario insistió que el decreto presidencial tiene como objetivo reordenar el territorio, así como revertir el deterioro "que por décadas provocó una política pública contradictora".
 
Fueyo explicó que el decreto de Parque Nacional de 1936 y el régimen de explotación comunal fueron actos presidenciables sobre el mismo territorio, "entonces tenemos que por un lado se dotó al territorio de un esquema de protección absoluta que no permitía hacer usufructo de la tierra y paralelamente otras acciones daban luz verde para hacer uso de la tierra".
 
Ello, indicó, generó una política pública no alineada contradictora que por años generó un conflicto legal que a la postre se convirtió en un problema social, político y ambiental.
 
De esta manera, el cambio de estatus, advirtió, sólo responde a un criterio: cambiar las categorías de protección que se tenían porque no estaban siendo útiles. "No resolvían la problemática social, no reconocían derechos y no daban oportunidad legal para conciliar el interés social y la conservación".
 
El nuevo decreto del Nevado de Toluca, informó, se comenzó a trabajar desde 2004 y cinco años más tarde se decidió hacer un proyecto de modificación del polígono, tal y como se hizo con el Parque Nacional Pico de Tancítaro en Michoacán o como el que se elabora hoy para el Parque Nacional el Veladero en Acapulco o el Cañón de Sumidero en Chiapas.
 
"Es decir, no se dio de la noche a la mañana es resultado de un proceso de investigación o consulta y no responde a intereses económicos o busca justificar algún proyecto privado".
 
Sin dientes
Sin embargo, para Greenpeace, el discurso que las autoridades han manejado hasta ahora en lo que respecta el cambio de estatus que se le dio al Nevado de Toluca "no tiene dientes".

Raúl Estrada, director de comunicación de Greenpeace México, explicó también en conversación con este diario que no se trata de criticar por criticar, y aseguró que ellos lo que están viendo hoy con el tema es que no existe un manual de operación, y advirtió que tampoco se conocen aún los pasos que se van a seguir en esta área natural tan importante del país.
 
"No vemos que la secretaria tenga un plan de trabajo que refleje la protección que dicen se tendrá".
 
De acuerdo con la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas, la nueva categoría incrementa las hectáreas de conservación del ecosistema al pasar de 46 mil a 53 mil, sin embargo Estrada aseguró que eso no es lo que dice el decreto que se publicó en el Diario Oficial de la Federación.
 
Para Greenpeace la actual modificación disminuye las responsabilidades de protección al reducir la superficie protegida. "El ex Parque Nacional tiene una superficie total de 53 mil 590 hectáreas, de las cuales, a partir del primero de octubre, sólo mil 941 seguirán considerándose como núcleo que implica la preservación de ecosistemas a mediano y largo plazo".
 
En la modalidad de Parque Nacional el Nevado de Toluca, indicó Estrada, únicamente estaba dividido en dos zonas: de protección y de uso restringido, lo cual correspondía al 100 por ciento del territorio.
 
"Ahora con la recategorización a Área de Protección de Flora y Fauna, sólo el 3.62 por ciento (1,941 hectáreas) será zona protegida y restringida. En el 96.38 por ciento (53,590 hectáreas) serán permitidas actividades como aprovechamiento sustentable de recursos naturales (44.27 por ciento), aprovechamiento sustentable de ecosistemas (18.06 por ciento), uso público (0.56 por ciento), asentamientos humanos (1.31 por ciento) y zona de recuperación (27.51 por ciento)."
 
La modalidad de Parque Nacional, acotó Greenpeace, restringía las actividades realizadas en la zona, mientras que la de Zona de Protección de Flora de Fauna abre la puerta a una mayor presencia de actividades humanas con diferentes niveles de impacto sobre los recursos naturales y sobre los ecosistemas, lo que incluye actividades agrícolas, pecuarias y pesqueras.
 
 
 
 

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