Política

Pasivos de Pemex confrontan a San Lázaro

Legisladores del PRD toman la tribuna; suenan gritos y rechiflas contra el denominado "Pemexproa". Reprochan panistas que perredistas sólo descalifican y no proponen soluciones.

CIUDAD DE MÉXICO. Aunque se aclaró que sería el último tema a discutir del periodo extraordinario –el viernes o sábado–, en el salón de sesiones del recinto del Palacio Legislativo de San Lázaro ayer comenzaron a soplar los vientos de confrontación generados por el debate anticipado en torno a la decisión de que el gobierno federal asuma una parte de los pasivos laborales de Pemex.

Con su bancada entera desplegada en la tribuna y entonando el Himno Nacional, el PRD dio una primera muestra de la batalla que vendrá y llamó a los mexicanos a no aceptar convertir en deuda nacional el boquete y la sangría que dijeron han dejado los saqueos, los excesos, el derroche y la corrupción de funcionarios, pero principalmente de la cúpula sindical en la empresa paraestatal.

DESCALIFICAN, NO PROPONEN

"Pues propongan alternativas de soluciones, si es que las tienen, aunque es mucho pedirles, porque sé que no las tienen y sólo les gusta descalificar", se escuchó en la respuesta del PAN, en voz del diputado Rubén Camarillo.

El priista Marco Antonio Bernal, presidente de la Comisión de Energía, descifró que el nuevo régimen fiscal busca "que incremente la competitividad de Pemex, aumente su productividad y atienda las legítimas exigencias de la sociedad para atajar las prácticas de corrupción".

Pero quien enfureció a la oposición fue la priista Irazema González, de la Comisión de Energía, quien argumentó: "Los pasivos laborales es un problema de todos los mexicanos y es nuestra responsabilidad", aunque explicó que "este pasivo no se refiere a un dinero que se va a pagar de manera inmediata, al contrario, es una estrategia financiera, una estrategia contable".

Justificó que "cuando no se decidió fondear este pasivo fue porque se utilizaron los recursos para otro tipo de cosas, pero efectivamente fue el problema del Legislativo pasado, y de no tener claridad el Ejecutivo de asumir esta responsabilidad y resolverla de manera inmediata".

Aseguró que "es un problema en el que hemos coincidido todos y que por eso asumimos, como Poder Legislativo, la responsabilidad de resolverlo de una vez, atendiendo por supuesto a la valentía del Poder Ejecutivo para asumir alguna parte de este pasivo".

Entre gritos y rechiflas de la izquierda, planteó que es necesario "aclarar la cantidad de dudas que se han estado difundiendo a los ciudadanos y la manipulación de una información incorrecta".

Explicó que "de ninguna manera se pone en riesgo a las finanzas del país, esos pasivos ya son parte del gobierno federal, y sí es muy importante que se tenga en claro que desde el 2013, dentro de la iniciativa de reforma energética de la izquierda estaba incluida esta preocupación; inclusive el ingeniero Cárdenas en sus distintos debates que vino a esta soberanía y fuera de ella también lo propuso".

TERCER PAQUETE

Para el debate del tercer dictamen se pusieron sobre la mesa de los diputados los tres temas más calientes: Pasivos laborales, corrupción y autonomía.

Estos engloban, a juicio de los legisladores, los puntos centrales del paquete de leyes que contiene la minuta proveniente del Senado, aprobada ayer en lo general:

La nueva Ley de Petróleos Mexicanos, la nueva Ley de la Comisión Federal de Electricidad –modificados, la semana pasada, en la Comisión de Energía– y las reformas a la Ley Federal de las Entidades Paraestatales; a la Ley de Adquisiciones, Arrendamientos y Servicios del Sector Público y a la Ley de Obras Públicas y Servicios Relacionados con las Mismas.

Aunque se avaló con 331 votos a favor y 132 en contra, se inscribieron 584 reservas para hacer modificaciones en más de 170 artículos, mismas que serían discutidas y desechadas durante la madrugada de este jueves.

La minuta se modificó en comisiones para integrar el nuevo régimen fiscal en las propias leyes de Pemex y de CFE, con lo que se otorgó plena autonomía a ambas empresas en materia de gastos, inversiones, deuda, tabuladores, entre muchas optas decisiones.

Desde el inicio de la sesión, los ánimos se calentaron y el líder del PRI, Manlio Fabio Beltrones, buscó calmarlos, al aclarar: "No, hoy no los tocaremos; es un transitorio –en la Ley de Presupuesto y Responsabilidad Hacendaria– que se verá el último día, quizá sea el viernes, cuando nosotros estaremos atentos en buscar la mejor de las fórmulas para que Petróleos Mexicanos, al resolver el tema de sus pasivos laborales, se vuelva verdaderamente una empresa competitiva que pueda, al igual que cualquier otra privada, tanto nacional como extrajera, funcionar como las mejores condiciones".

¡Pe-mex-gate!

Sin embargo, inevitable fue el intercambio de estruendosos coros de la izquierda en el salón de plenos: ¡Fo-ba-proa! ¡Fo-ba-proa! ¡Pe-mex-gate! ¡Pe-mex-gate!

Y la respuesta vino al instante de entre las curules tricolores: ¡Lí-nea-doce! ¡Lí-nea-doce!".

La tensión llegó al máximo, a los insultos, al desafío, a los retos directos y personales.

DUROS RECLAMOS

Desde la tribuna, copada nuevamente de mantas, pancartas y grandes imágenes de Lázaro Cárdenas, el perredista Luis Espinoza Cházaro, reclamó:

"¿Quieren un debate de las ideas? En el texto está que pasaran el pasivo laboral a deuda pública y pasarle a los mexicanos lo que mal proyectaron en Pemex y lo que se llevaron de las arcas de Pemex, porque cuando lo proyectaron el dinero estaba o tendría que estar. La pregunta es, si están los Pemexgate, si están los yates, si están los roles.

¡Contéstenlo! Suban a la tribuna y dígannos por qué hay un boquete de 2 millones de millones de pesos; quizá el que lo proyectó, proyectó el crecimiento de 3.8 en lugar de 1.1".

Y reclamó: "Tan no se lo pueden decir de frente, que hoy legislamos tras una muralla de policías, porque ahora espanta que la gente, a quien se supone que representamos, les vengan a decir lo que piensa de sus reformas y cómo las plantean".

La diputada perredista capitalina Lizbeth Rosas Montero se fue con todo en contra del diputado panista Juan Bueno Torio, exdirector de Pemex Refinación, a quien acusó de beneficiar a sus empresas y a las de sus familiares directos con contratos de Pemex.

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