CIUDAD DE MÉXICO. Colocada en la geopolítica nacional como la segunda fuerza partidista, el Partido de la Revolución Democrática (PRD) enfrenta algo más que un difícil cambio en su dirigencia nacional, está a punto de saber de qué tamaño será el hueco que le hará el partido que encabeza Andrés Manuel López Obrador (Morena), al que ha respaldado en dos competencias presidenciales.
En los hechos el PRD enfrenta la séptima crisis de su historia, cuyo desenlace lo marcará en el juego electoral de 2015.
Actualmente el PRD es la segunda fuerza política del país, pues a diferencia del PAN que se desplomó tras los comicios de 2012, el PRD avanzó sustancialmente en el Congreso, además de que es gobierno en el DF, Morelos, Guerrero y Tabasco y en coalición comparte los gobiernos de Sinaloa, Puebla, Baja California y Oaxaca.
El PRD fue constituido el cinco de mayo de 1989 luego de los controvertidos comicios presidenciales de 1988 que le dieron el triunfo a Carlos Salinas de Gortari, frente al candidato del Frente Democrático Nacional (FDN), Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, quien aglutinó entonces a las principales fuerzas de izquierda y a una escisión del PRI encabezada por Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo e Ifigenia Martínez.
El factor Cárdenas
Si bien el Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano detonó un importante movimiento que le provocó al PRI una fuerte fractura histórica, el michoacano ha sido factor de crisis interna porque sólo él y Andrés Manuel López Obrador han sido candidatos presidenciales del sol azteca, nadie más.
El caso más sonado fue el de Porfirio Muñoz Ledo y Gilberto Rincón Gallardo, ambos en 1999, quienes denunciaron el "caudillismo" que se había instaurado en el PRD cuando Cárdenas determinó competir por tercera vez consecutiva por la presidencia de la República.
Cárdenas dejó el gobierno del Distrito Federal para ir por la candidatura presidencial, Muñoz Ledo deja el PRD tras perder la candidatura, también quería y se fue a apoyar a Vicente Fox. El Partido de la Revolución Democrática retrocedió en su votación.
En 1999, el primer episodio del desaseo doméstico en comicios internos se dio entre la dirigente de la corriente Foro Nuevo Sol, Amalia García Medina, y el líder de la tribu Nueva Izquierda, Jesús Ortega Martínez. El proceso se repitió entre graves acusaciones de "fraude" entre los contendientes. Amalia García fue dirigente de 1999 a 2002.
El señor de las ligas
Para el PRD uno de los episodios más difíciles fue sin duda el de los "videoescándalos" de 2004, en donde se vieron involucrados dirigentes, legisladores y jefes delegacionales del sol azteca en actos de corrupción.
El entonces líder de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (ALDF) y operador político de Andrés Manuel López Obrador, en ese momento jefe de gobierno capitalino, René Bejarano Martínez se ganó el mote del "señor de las ligas". Otros presuntos implicados fueron la presidenta nacional perredista, Rosario Robles Berlanga, quien renunció a la dirigencia en marzo de 2004, tras su vinculación con el empresario Carlos Ahumada, así como el delegado en Tlalpan, Carlos Imaz. Diez años después del episodio de las "ligas", Ahumada reclama el pago de varios millones de pesos que dice le adeuda el PRD.
Pero eso no quedó ahí. En 2008, los mismos perredistas se acusaron de "fraudulentos", de "alterar resultados" o de utilizar prácticas "mapacheriles". En ese proceso compitieron Alejandro Encinas y Jesús Ortega Martínez, la crisis fue aún más profunda, al grado de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) fue la instancia que tuvo que fallar a favor de Ortega Martínez para asumir la presidencia nacional del partido.
AMLO toma distancia
Todo ello tuvo sus repercusiones con el desplome electoral en las elecciones intermedias de 2009 -que en algunas regiones lo colocó como cuarta o quinta fuerza política-, esto se agregó a la decisión de López Obrador de apoyar a candidatos del Partido del Trabajo y Movimiento Ciudadano.
El último capítulo de las crisis en el PRD inició en diciembre de 2012, tras la firma del Pacto por México, que fue una de las justificaciones para el rompimiento "por las buenas" de Andrés Manuel López Obrador con el sol azteca y que en realidad fue el preámbulo para que el tabasqueño creara su propio partido, el Movimiento Regeneración Nacional (Morena), el cual recibirá su registro en mayo.
Pero además, hoy el Partido de la Revolución Democrática está por definir nuevo liderazgo, pues Jesús Zambrano Grijalva concluye su gestión este 21 de marzo y dará paso al quinto interinato.