Política

Con demencia, más de 30% de los ancianos mexicanos


 
Redacción El Financiero
 
 
En el marco del Día Mundial de la Salud Mental, la asociación Voz Pro Salud Mental informó que más de 30 por ciento de los adultos de la tercera edad padecen algún tipo de demencia, que ocupa la primera causa de discapacidad y dependencia hacia un cuidador. En este grupo de edad los más afectados son los mayores de 80 años con 19 por ciento de los casos.
 
La asociación civil alertó que la demencia en nuestro país no es un padecimiento bien atendido y muchas veces ni siquiera es diagnosticado y/o seguido por un especialista, al no existir servicios suficientes que ofrezcan un tratamiento integral, que incluya la intervención psiquiátrica, psicológica y social y que tome en cuenta tanto al paciente como a los cuidadores en cómo manejar la enfermedad.
 
"El problema se agrava al tomar en cuenta la transformación demográfica mexicana, en donde el número de nacimientos ha disminuido y la esperanza de vida ha aumentado.
 
"Para 2050, la población de mexicanos con más de 60 años de edad será de 28 por ciento, lo que puede traer como consecuencia una demanda mucho mayor de atención a diversas enfermedades, siendo las mentales las que más necesitarán centros especializados.
 
"Gabriela Cámara, presidenta de Voz Pro Salud Mental, agregó: "Es indispensable que el gobierno tome cartas en el asunto y promueva campañas sobre salud mental que desmitifiquen este tipo de padecimientos para que las personas acudan en los primeros síntomas al especialista. También es necesario que aumenten el número de especialistas en el servicio de primer nivel de atención y que se actualice en el tema a servidores de salud para la detección temprana. Otro asunto importante es aumentar el número de programas integrales para que los pacientes y cuidadores tengan una mejor calidad de vida".
 
La demencia es un síndrome que cambia la vida. Algunos de los síntomas son la falla de memoria, la alteración de la conducta, y, finalmente, el descontrol de esfínteres. Esta es una enfermedad que no debe ser considerada como parte normal del envejecimiento; para la misma no existe cura, sin embargo algunas intervenciones médicas y sociales pueden ser útiles para continuar con calidad de vida.
 

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