Política

Boom detectivesco a la mexicana

Miriam de Regil Detección de fraudes, investigación de secuestros y levantones, búsqueda de deudores, localización de familiares, así como padres de familia que requieren saber quién es el novio o la novia de los hijos, y, en un lugar destacado, las infidelidades conyugales son hoy el principal campo de acción de los detectives privados que se anuncian en algunos medios impresos, pero, fundamentalmente, en Internet, donde la oferta es enorme. Basta poner la palabra “detectives privados” en Google, y decenas de direcciones electrónicas se despliegan ante los ojos con promesas de “efectividad, rapidez, discreción, seguridad y confiabilidad” y, sobre todo, “experiencia en detectar conductas típicas de infidelidad”. Eduardo Muriel Melero, uno de los pioneros de la labor detectivesca en México, oficio que practica desde 1962, se jala sus largos bigotes retorcidos por enésima ocasión antes de responder la pregunta de El Financiero sobre el perfil que debe tener un detective privado: “Antes que nada un buen detective debe ser muy sensible, y tener inquietud de saber, conocer y analizar todo, así como obviamente el deseo de servir, nunca servirse. Debe además conocer muchísimas situaciones tanto de química, física, organización social y leyes. Se necesita tener mucha calle, haber tratado a mucha gente. Pero, sobre todo, la principal herramienta de un investigador son siempre las relaciones. ¿No hay riesgos de transgredir la ley, de violar la privacidad de las personas al investigar las infidelidades? Cuando existe una petición de un marido o una mujer para investigar al cónyuge, ellos tienen que comprobar la relación que existe entre ellos. Nosotros no transgredimos la privacidad de las personas, actuamos a petición de parte. A lo largo de cinco décadas, la investigación privada --su “pasión”, como él le llama-- le ha dejado, asegura, diversas satisfacciones, pero no todo ha sido miel sobre hojuelas, pues ha sufrido asaltos, amenazas, agresiones y hasta ha estado en la mira de matones a sueldo.  “Hay situaciones o resultados que no a todos agradan, particularmente en los casos conyugales”, indica Muriel Melero, quien entre sus anécdotas no olvida la ira de un marido “balconeado” en sus infidelidades. “Nos habían encargado investigar a un hombre que estaba en la cárcel por tráfico de drogas, pues su esposa sospechaba que éste la engañaba. Comprobamos su infidelidad, pero ello por poco me cuesta la vida, pues el tipo ordenó a unos sicarios que me asesinaran. “Por fortuna, el abogado de este mafioso era vecino mío, así que al enterarse de los planes para asesinarme intercedió por mí y me salvó la vida”,  relata este detective, quien recibió a este diario en su despacho de la colonia Condesa, frente al Parque España, un lugar oloroso a humedad y de iluminación mortecina donde en las paredes de madera cuelgan numerosos reconocimientos, diplomas y fotografías de este doctor en criminalística.Servicios sin garantías Se le comenta que muchos de los anuncios publicados en la red tienen la advertencia de: “no hay que dejarse engañar por charlatanes” Ante el comentario, Muriel confirma que hoy en día abundan los farsantes que ofrecen sus servicios sin la menor de las garantías. Agrega que al Colegio Nacional de Criminología, del cual es su fundador, desde hace ya tiempo ha recibido un sinnúmero de reclamaciones de personas físicas y morales que han sido sorprendidas por empresas que se ostentan en Internet como detectives e investigadores privados, pero que no presentan, como debía suceder en toda actividad profesional, un responsable físicamente identificable con domicilio. “Existen muchos anuncios tendenciosos donde no existe ni ética ni honestidad y que son publicados con falsos domicilios y teléfonos celulares, lo que indudablemente les permite defraudar sin posibilidades de que pueda intervenir ninguna autoridad en defensa de los solicitantes del servicio, porque además no existe una regulación de estos servicios.” Al respecto, recuerda que en 1985 el entonces presidente Miguel de la Madrid derogó del bando de policía del gobierno del DF el reglamento que determinaba las labores de la policía privada, y que era donde se encontraba el apartado de la investigación privada. “Esa decisión nos dejó automáticamente al garete”. Así, hoy cualquiera puede poner un anuncio en el periódico o en Internet, y atenerse al artículo 5º constitucional que dice que todo mexicano puede dedicarse a la actividad que mejor le acomode y, de esta manera, engañar a la gente. Ante la falta de reglamentación y la proliferación de charlatanes, Muriel recomienda que quien busque los servicios de un detective no se vaya por lo más barato. “No es posible que por lo que están cobrando ofrezcan resultados en una semana; imagínese qué tipo de investigación hacen.” Y agrega que se debe tener mucho cuidado con la información que se da en una investigación privada, “pues una palabra de nosotros puede significar la destrucción de una familia”.Gusto precoz En su escritorio, repleto de carpetas, documentos y teléfonos, Muriel Melero recuerda que su gusto por las situaciones policiacas le surgió a los 16 años de edad, pues luego de haber pasado por escuelas militares a esa edad se sumó a la Policía de Caminos (agrupación entonces de recién creación).  Posteriormente, tomó cursos en el extranjero y empezó a colaborar en diferentes corporaciones hasta llegar a ser asesor de directores de la policía y director de seguridad de bancos, entre otros cargos. “Nunca me ha gustado trabajar directamente en la policía, he preferido siempre ser asesor y a la par he laborado en mi despacho de investigaciones, pues con lo que paga el gobierno no saca uno lo suficiente, además de que no le entró al dinero mal habido”, apunta entre risas. Muriel Melero, quien a sus casi 80 años continúa en activo, “particularmente en aquellos casos que implican un riesgo”, confirma que las infidelidades ocupan en su cartera de trabajo 70 por ciento de los casos, los levantones, diez por ciento, al igual que los robos, y cinco por ciento los secuestros. El resto son investigaciones laborales y empresariales. ¿Cómo ha cambiado el campo de acción de los detectives privados a través de los años? El detective mueve la cabeza de un lado a otro con preocupación y responde que ha crecido el número de personas que acuden a una agencia de investigación privada porque levantaron a uno de sus familiares.   Pero le brillan los ojos cuando confía a este diario que de unos años a la fecha las infidelidades femeninas han ido en aumento. Son cada vez más los esposos ansiosos y desesperados que acuden “para que investiguemos a sus mujeres”. ¿Cuáles son los lugares donde se dan más casos de infidelidad femenina? En los gimnasios, responde, sin asomo de duda. 
 
 
 
 
 

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