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Perspectiva de riesgos para México

Víctor Piz escribe de los posibles riesgos para la nota soberana por la cancelación del aeropuerto en Texcoco, ya que para las calificadoras se mandó una señal negativa

Los comentarios de las principales agencias de calificación crediticia son poco alentadores sobre el perfil de riesgos de México, cuya perspectiva de calificación fue revisada por dos de ellas de estable a negativa, luego de la decisión del presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, de cancelar la construcción del nuevo aeropuerto en Texcoco.

En el caso de Fitch Ratings, su decisión refleja un deterioro en el balance de riesgos que enfrenta el perfil crediticio de México, asociado a un posible ambiente de incertidumbre sobre las políticas de la próxima administración.

La calificadora argumentó que el cambio de perspectiva también refleja los riesgos crecientes relacionados con los pasivos contingentes de Pemex.

Fitch destacó que, si bien se espera que la siguiente administración mantenga un marco macroeconómico basado en la disciplina presupuestaria y la autonomía del Banco de México, persiste la incertidumbre en torno a la continuidad de las reformas aprobadas previamente, por ejemplo, en el sector energético, lo cual podría redundar en menor inversión y crecimiento económico.

Fitch mantuvo la calificación de México en BBB+ para la deuda a largo plazo emitida en moneda extranjera, pero revisó la perspectiva a negativa.

Además, advirtió que "la decisión de cancelar la construcción del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México manda una señal negativa a los inversionistas".

Por su parte, HR Ratings ratificó la calificación de largo plazo en A- para la deuda soberana de México, pero modificó la perspectiva de estable a negativa.

Argumentó que la cancelación de los compromisos sobre la construcción del nuevo aeropuerto en Texcoco llevó a un deterioro inmediato en la percepción de inversión y riesgo del país.

La depreciación del peso mexicano "pondrá presión al alza sobre la cifra de deuda neta al cierre del año y complica mantener nuestro estimado para la deuda neta presupuestaria de 40.8 por ciento del PIB al cierre de 2018".

Aunque Moody's informó que mantiene la calificación soberana de México en A3 con perspectiva estable, coincidió en que la cancelación del nuevo aeropuerto en Texcoco manda una señal negativa y desalienta la inversión.

Moody's cree que la depreciación del peso y la presión que enfrenta no tendrán un impacto en los niveles de la deuda.

La calificadora anunció que vigilará de cerca las cuentas fiscales de la próxima administración, por lo menos seis meses después de que López Obrador asuma la presidencia el 1 de diciembre.

Finalmente, Standard & Poor's comunicó que por el momento no hay razón para mover la calificación de la deuda soberana de largo plazo de México, que se mantiene en BBB+ con perspectiva estable.

Sin embargo, anunció que evaluará el impacto de largo plazo de las políticas del nuevo gobierno sobre los factores que determinan la calificación.

Aunque a muchos, incluido el presidente electo, no gustan las evaluaciones de las calificadoras sobre México, son fundamentales para la toma de decisiones de los inversionistas.

Además de que inciden sobre las condiciones de endeudamiento del país y son una referencia para las calificaciones de riesgo de otros emisores mexicanos de deuda.

Así que más vale tomar con seriedad las preocupaciones que señalan sobre México.

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