Dinero, Fondos y Valores

Camina el TLCAN por la ‘cuerda floja’

El columnista analiza las razones por las que México debe mantenerse en la mesa, y resalta que debe saber distinguir entre dos variantes importantes.

Las negociaciones para modernizar el Tratado de Libre Comercio de América del Norte caminan por la 'cuerda floja' ante la intención de Estados Unidos de 'partirlo' en acuerdos bilaterales.

Así lo dejó ver Larry Kudlow, principal asesor económico de la Casa Blanca, quien dijo ayer que el presidente Donald Trump está "considerando seriamente" dar un giro en las negociaciones del TLCAN.

"Él prefiere ahora… negociar con México y Canadá por separado", declaró Kudlow a Fox News, en línea con lo que adelantó Trump el viernes pasado, cuando dijo que "no me importaría ver un TLCAN con un nombre diferente, donde tengas un acuerdo con Canadá y otro aparte con México".

La decisión unilateral de Trump de cobrar aranceles a las importaciones de acero y aluminio procedentes de México y Canadá, argumentando amenazas a la seguridad nacional de EU, puso las negociaciones del TLCAN en virtual impasse.

Las tarifas de EU –de 25 por ciento al acero y de 10 por ciento al aluminio– y las represalias de sus vecinos y socios comerciales no auguran una conclusión exitosa de la renegociación del TLCAN antes ni después de las elecciones presidenciales.

Por el contrario, el tono proteccionista y aislacionista del gobierno estadounidense aleja las posiciones entre los tres países.

"La imposición de aranceles al acero y aluminio de México y Canadá no ayuda al ambiente de la renegociación", afirmó Luz María de la Mora, consejera del Consejo Mexicano de Asuntos Internacionales.

Con la experta en inteligencia comercial coincide Francisco de Rosenzweig, socio de White and Case, quien dijo al reportero que "el clima se está enrareciendo y no contribuye a la renegociación del TLCAN".

El gobierno mexicano notificó el lunes a la Organización Mundial del Comercio el inicio de un procedimiento de disputa contra los aranceles de EU.

En paralelo, ayer publicó la lista de las mercancías estadounidenses a las que aplicará aranceles de entre 5 y 25 por ciento, que recaerán no sólo sobre productos siderúrgicos, sino de otros sectores como el agropecuario o industrial; por ejemplo, sobre puerco, quesos, papa, manzanas, arándanos e incluso whisky 'Tennessee' o Bourbon.

Hay versiones en Washington de que hacia finales de esta semana, en la que se llevará a cabo la cumbre del G7 en Quebec, Trump podría anunciar que EU se retirará del TLCAN.

Razones para anticiparlo no faltan, pues tras la ofensiva arancelaria, lo que restaría es que Trump invoque el artículo 2205 para sacar a EU, aunque Kudlow dijo ayer que "no se retirará del TLCAN, sólo intentará un enfoque diferente".

Con la experiencia de haber sido subsecretario de Comercio Exterior, De Rosenzweig reconoció que "no me parece que sea posible pensar en un TLCAN 2.0 en el corto plazo… tenemos que darle prioridad a resolver esta disputa comercial de aranceles".

El también asesor en comercio exterior del Consejo Nacional Agropecuario dijo que "en la medida en que EU retire los aranceles al acero y el aluminio, podremos tener condiciones más favorables" para la modernización del TLCAN.

Por lo pronto, México debe mantenerse en la mesa, así como distinguir entre las diferencias arancelarias y la negociación trilateral, que si bien corren en vías paralelas, son procesos distintos.

COLUMNAS ANTERIORES

2024: el INEGI tiene ‘otros datos’
‘Golpe de realidad’ a Banxico

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.