Samuel Aguilar Solis

Populismo, ¿por qué no atacar las causas?

 

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Asistimos a un ataque frontal de parte de todas las fuerzas políticas que conforman el establishment en contra del fenómeno que hoy está resurgiendo con gran fuerza, no sólo en México, sino en el mundo. Es más, que incluso ha llegado al poder como en el caso de Trump en Estados Unidos. En otras latitudes están ya teniendo una presencia en parlamentos importantes de Europa. Nos referimos al fenómeno político llamado populismo. Hoy estamos en otra gran oleada de este movimiento, ¿cómo es que aún hoy no se discuten mejor cuáles son las causas?

Sin duda que las causas se encuentran en las secuelas de la gran crisis financiera y económica que dio inicio en septiembre de 2008, y hasta el día de hoy no se logra recuperar la economía; es decir, el crecimiento económico del PIB, pero, ¿cuáles son estas causas?

El agotamiento de un modelo económico que desde los años 80 fue hegemonizando no sólo el pensamiento económico, sino las políticas públicas, resultado de una política económica que establecía en su modelo que el mercado podría por sí mismo regular a todos los factores de producción, que sentenciaba que había que eliminar cualquier intervención gubernamental y rompía todas las barreras proteccionistas para implantar la globalización económica y financiera aprovechando el desarrollo tecnológico y el uso de internet, entre otros factores, pero, ¿qué fue lo que dejó al final del día el modelo neoliberal?

Recordemos que la gran crisis de 2008 estaba ya precedida de la crisis de 1994 en México, los países asiáticos, Brasil y Argentina entre otros, pero que al final estaban focalizados hasta 2008, que fue la crisis de las hipotecas que arrastró a una crisis financiera global primero, y después crisis de la economía, hasta dejar a millones de personas sin empleo, quiebra de empresas y otra vez los gobiernos salvando bancos, entre otros fenómenos.

Al final más pobreza, mayor desigualdad y un mundo seriamente indignado con la clase política, y en general contra las élites y contra el establishment. Estas son las verdaderas causas: el 'capitalismo de amigos', la gran corrupción de la clase política, la ineficiencia de las políticas púbicas y, al soltarse los 'demonios', la inseguridad, la violencia, la impunidad, etcétera.

Aprovechando estas condiciones políticas, los populistas exacerban el descontento prometiendo el regreso del pasado estable socialmente, seguro, con crecimiento económico que generó empleos, bienestar y certeza de un futuro lleno de promesas, atacando a las élites y actualizando a los 'enemigos' del pueblo. Así resurge el populismo y éste efectivamente no es la solución a los problemas, pero los causantes de la realidad desastrosa que vivimos desde 2008 no hablan de las causas ni se hace una autocrítica, no. Lo que hacen es sólo atacar el fenómeno populista y a sus representantes, pero no hay credibilidad porque los causantes de que el populismo resurgiera no asumen su responsabilidad, y al no asumirla estamos aparentemente en una situación sin salida.

El populismo sin duda no es la solución a nuestros males, pero tampoco podemos aceptar el fortalecimiento de la misma clase política y sus socios en las élites económicas de una realidad que lo que nos ha dejado es bajo crecimiento económico, pobreza, desigualdad, corrupción, impunidad, etcétera. De cara al 2018 los ciudadanos de a pie nos preguntamos: ¿qué hacer? 

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