Samuel Aguilar Solis

La LXIV legislatura

Samuel Aguilar dice que la gran interrogante es si podrán hacer realidad las promesas y qué tipo de reformas se llevarán a cabo.

Ha quedado instalada la LXIV que inició sus funciones el día 1 de septiembre de 2018 para concluir el día 31 de agosto de 2021.

Legislatura histórica por su paridad de género: 241 diputadas es decir, el 48% y 63 senadoras, el 49.2%. Histórica porque serán los primero legisladores que podrán reelegirse, los senadores un periodo más, los diputados hasta tres.

Histórica también porque el mandato marcó la ruta del cambio del sistema político que desde 1997 había arrojado gobiernos divididos y una fragmentación en el Congreso. Histórica además, porque la primera fuerza es MORENA con 246 legisladores federales: 191 diputados y 55 senadores, la segunda es el PAN con 104, la tercera el PT con 67 seguida por el PES que podría perder el registro con 64 legisladores; el PRI se queda con 59.

Un Congreso con Mayoría deja fuera el "pretexto" para no poder llevar a cabo lo ofrecido en campaña por el Presidente electo, discurso que veníamos escuchando desde 1997 con la expresión de las reformas emanadas del Pacto por México, las cuales resultaron un falso discurso en cuanto a las promesas hechas, de bajar la luz, la gasolina, de crecimiento, de empleos mejor pagados, de mejores escuelas y maestros entre otras.

La gran interrogante es si podrán hacer realidad las promesas y qué tipo de reformas se llevarán a cabo.

Las promesas de esta Legislatura que ha iniciado con claramente las que obedecen al mandato popular: austeridad, no más excesos y combate a la corrupción.

Sin duda cuanta con la mayoría para llevar a cabo las contra-reformas, pero salvo en la reforma educativa, por lo visto en lo alcanzado hasta ahora en la negociación del TLC la reforma energética no tomará un rumbo muy distinto al hasta hoy visto.

A pesar de la crisis de representatividad que se vive en nuestro sistema político, Morena cuenta con la fuerza suficiente que va de la mano con la aprobación del Presidente electo que sobrepasa el 71% según la última medición de Parametría, sin embargo, veremos si el estilo será aplicar la llamada aplanadora utilizada en el pasado por el PRI o dará espacio para un mayor nivel de tolerancia ante una oposición que pudiera comportarse de manera meramente testimonial, o a pesar de su reducido número, ser un contrapeso de calidad y así ganar con argumentos lo que perdido en votos y en representación.

Los grandes retos en el Senado de la República será ser garantía del federalismo a pesar de que Morena tiene mayoría en 21 Congresos Locales y a pesar de la figura del Coordinador Estatal del próximo Gobierno Federal, deberá reaccionar de manera institucional a lo que se vislumbra como un regreso al centralismo, y desde la Cámara de Diputados, el reto estará en repartir los recursos hacia las entidades y a los municipios o también centralizar los recursos bajo el argumento arraigado en la sociedad de que la falta de vigilancia en las entidades llevó a éstas y a sus gobernadores a excesos y a actos de corrupción por demás indignante.

El reto de esta Legislatura resulta ser Institucional y repetimos: histórico, y tienen la enorme tarea de demostrar que el voto de un ciudadano enojado con un claro mandato no se dilapidó en personas con poca experiencia, con menos recursos si cumplen con la promesa de austeridad, poco compromiso y eso sí, lealtad a quien a partir del 1º de diciembre tendrá el poder absoluto en México.

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