Salvador Garcia Linan

Catástrofe en la Ciudad de México

Salvador García Liñán habla de sismos, contaminación auditiva y del aire, corrupción, falta de agua y otros problemas en la Ciudad de México.

El lugar donde 21 millones de personas "vivimos", aunque no nacimos aquí, es la Ciudad de México. La razón por la que mis padres decidieron dejar la provincia y mudarse al entonces Distrito Federal, fue que aquí habría más oportunidades para el desarrollo profesional de sus niños. Yo, entre ellos.

Mis padres ignoraban que esta ciudad es sísmica, ubicada en un profundo valle rodeado de montañas y volcanes en erupción que está a una altura de 2,366 metros. Nunca pensaron en una situación inimaginable como la contaminación excesiva del aire, la endiablada contaminación acústica (ruido día y noche, más los cohetes por las celebraciones religiosas, la falta de agua, la tremenda pérdida de agua por cañerías instaladas hace 50 años, la acumulación de basura y residuos industriales peligrosos de miles de fábricas instaladas en el valle de México, el entubamiento antinatural de los ríos Churubusco, La Piedad, Consulado, etc., malas condiciones ambientales para la salud, pésimo transporte de pasajeros y la imcapacidad de tener el número adecuado de policías honestos, como no lo eran las autoridades del viejo Departamento del Distrito Federal en tiempos de Miguel Alemán, el responsable de la destrucción criminal del Pedregal de San Ángel para construir la Ciudad Universitaria y zonas de residencias de lujo, dejando para su ego millonario una súper estatua con toga y libros, la cual fue dinamitada dos veces por los estudiantes. Su figura nunca fue bienvenida en Ciudad Universitaria.

La nula participación del gobierno ante los sismos, como el pasado 19 de septiembre, demostró que la ciudad es propensa a sufrir caída de edificios por la corrupción de constructores-autoridad. Además inundaciones durante la temporada de lluvias, principalmente en todos los pasos a desnivel subterráneos.

He estado en Zurich, Viena, Oslo, Munich, Hamburgo, Colonia y Estocolmo, ciudades donde "nunca" escucharás claxon o escapes abiertos de autos y camiones.

La Ciudad de México se ha convertido en la segunda ciudad del mundo con más ruido permanente casi las 24 horas del día.

El nivel promedio del ruido en la ciudad es de 75 decibelios (dB). En lugares donde la acumulación de vehículos es alta, el ruido llega a 195 decibelios. El ruido de los aviones y helicópteros sobre la ciudad es de 140 dB. El ruido del tráfico llega a 95 dB. Un tráiler produce 110 dB. El nivel "normal" de ruido en la Ciudad de México llega a los 90 dB, cuando el nivel de ruido saludable no debería rebasar y ser siempre de 45 a 50 dB como máximo.

Cuando escribía este artículo me acerqué a una patrulla de tránsito y les pregunté a dos policías sentados en una patrulla, ¿cuál debe ser, medido en decibelios, el nivel máximo de ruido de un automóvil, una moto y un tráiler? Los hombrecitos (quizás sin primaria), no tienen ninguna idea de mi pregunta, en una ciudad donde el ruido del tráfico, durante más de 16 horas diarias en todos los rumbos de la ciudad es dañino. Menos saben de sus aspectos legales.

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