Rosario Robles Berlanga

Nuestras ciudades y su desarrollo a 2030: cómo darles un rostro humano

 

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Antier se inauguraron los trabajos de la Reunión Regional en Toluca, de cara a la Conferencia de Naciones Unidas sobre Vivienda y Desarrollo Urbano Sostenible (Hábitat III), que se celebrará en Quito, Ecuador, en octubre próximo.

El mes pasado, México hospedó en el mismo marco, la Reunión Temática Desarrollo de Financiamiento Urbano: el reto del milenio.

Ambas sesiones se inscriben en las coordenadas trazadas a partir de los Objetivos de Desarrollo Sostenible 2030, mismos que México suscribió en 2015. En ellos México se ha comprometido a contar con ciudades seguras, resilientes, sostenibles e incluyentes.

Es difícil imaginar un tema de la magnitud y de la complejidad que tienen el desarrollo urbano y la gobernanza metropolitana. Las políticas públicas entretejidas de los tres órdenes de gobierno tienen un impacto directo en la vida de 80 millones de personas, grosso modo.

El propósito de Habitat III es constituir una Nueva Agenda Urbana y mecanismos de seguimiento públicos y transparentes que permitan evaluar los avances y los retos.

En el centro del debate se halla la implementación del Derecho a la Ciudad, es decir la articulación de los derechos fundamentales asociados al territorio: el derecho a la vivienda, al trabajo, al medio ambiente sustentable, el derecho al agua, a la seguridad, a la no discriminación.

No es difícil percatarse de que la coordinación intergubernamental e intersecretarial –en el nivel de gobierno federal- será esencial para cumplir con los acuerdos.

De manera muy apretada, nuestro desarrollo urbano requiere de cambios drásticos en varios aspectos:
· Una política de vivienda que genere desarrollo e inclusión. Una vivienda para todos: mujeres, jóvenes, adultos mayores, personas con discapacidad.
· Mecanismos eficientes y de largo plazo para gobernar las 59 Zonas Metropolitanas del país
· Densificar los espacios urbanos para una buena dotación de servicios y para acercar a actores que interactúan en la ciudad. Necesitamos ciudades continuas, resilientes, compactas, bien conectadas y accesibles. En las ciudades, la proximidad de personas y actividades favorecen el desarrollo, la inclusión, la innovación y la productividad.
· Abatir la exclusión e incorporar la participación social en la planeación del territorio y en el desarrollo urbano.

· Dar a la planeación urbana una perspectiva de género.

Para ello necesitamos nuevos marcos legales que aseguren la rectoría del Estado en el desarrollo urbano y en el ordenamiento territorial; nuevas condiciones para la gobernanza metropolitana que garanticen el desarrollo regional y las visiones de largo plazo; fortalecer las finanzas de los municipios mediante la modernización de registros públicos y catastros; incrementar los niveles de responsabilidad de las autoridades que concurren en el desarrollo urbano y en el uso del suelo, al igual que los mecanismos de transparencia y rendición de cuentas; generar opciones de vivienda digna para todos los estratos sociales, especialmente para los de menores recursos; garantizar el desarrollo equilibrado de las distintas regiones del país, especialmente de las más atrasadas y con niveles más altos de pobreza; reducir drásticamente el uso de los automóviles y privilegiar el transporte público y el transporte no motorizado; hacer efectiva la función social del suelo a favor del interés colectivo; y reducir la exposición de nuestras ciudades a los riesgos inherentes a la actividad humana, al cambio climático y a los desastres naturales.

El día de hoy la Conferencia Nacional de Gobernadores (CONAGO) instalará la Red de Secretarios de Desarrollo Urbano, que será un espacio de discusión y análisis de enorme relevancia para cumplir los acuerdos internacionales de nuestro país y para consolidar la postura de México ante la Nueva Agenda Urbana.

Las respuestas de los tres órdenes de gobierno serán decisivas para poder dar a nuestras ciudades un rostro humano y convertirlas en espacios habitables, seguros e influyentes.

La autora es secretaria de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano.

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