Rosario Guerra

Prejuicios y prohibiciones

Estamos ante un avance muy importante al ampliar el marco legal que regule el consumo de drogas, en especial de la marihuana.

El Congreso de la Unión se mantiene como el foro nacional de encuentro/desencuentro de las fuerzas políticas. El predominio de Morena otorga un apoyo al Ejecutivo. Sin embargo, es lugar de confluencia de la pluralidad porque es ahí donde los partidos políticos son parte del gobierno. Esta semana ha sido de expresiones fuertes, desde el rechazo del PAN a Nicolás Maduro con toma de tribuna y descalificaciones, hasta dos iniciativas que responden a derechos humanos.

El Senado ya aprobó los mismos derechos a parejas gay en su acceso a los beneficios en el IMSS y el ISSSTE, demanda de la comunidad LGBTTI en su lucha por la igualdad. La aprobación fue por unanimidad, sin votos en contra, lo que registra un cambio importante en los valores democráticos que nos unen. Apenas en 2016 EPN fue fuertemente criticado por su iniciativa para regular los matrimonios gay, ya reconocidos por la SCJN, y el Congreso rechazó dicha propuesta. Hubo voces que señalaron que había marcado tendencias electorales. La cultura patriarcal y homofóbica dominó la escena. Hoy estamos ante un avance en el respeto a la diversidad y el reconocimiento de derechos humanos.

También en 2016 el Congreso rechazó la iniciativa de EPN para regular uso medicinal y científico de la marihuana y aumentar la dosis para uso personal. Hubiese permitido a miles de presos, que en realidad son adictos, abandonar las cárceles. Las voces ofendidas avasallaron la propuesta. Pese a la evidencia científica, a la demanda de enfermos, al apoyo de médicos, tomó tiempo y hasta 2017 se aprobó el uso medicinal. Como la prohibición persiste, el Estado poco hace para prevenir adicciones y dar tratamientos efectivos a quienes padecen enfermedades que no atienden adecuadamente. Se avanzó más por la vía judicial que por la reforma legal. La SCJN ya estableció jurisprudencia para el uso lúdico de la marihuana.

Nuestros principales socios comerciales EU y Canadá ya regulan el consumo de la mariguana bajo distintas modalidades. Uruguay, Portugal, Holanda y otras naciones modelan prohibiciones ONU que sólo entorpecen establecer políticas públicas que tutelen efectivamente el derecho a la salud, por defender intereses de la industria farmacéutica. Los remedios tradicionales de las culturas originarias han sido expropiados y se nos regresan a través de medicinas de patente a precios inaccesibles para muchos pacientes.

Hoy, la exministra Olga Sánchez Cordero, futura secretaria de Gobernación, defensora de derechos humanos, presenta iniciativa para crear el Instituto Mexicano de Regulación y Control del Cannabis que regulará licencias para la siembra, cultivo, cosecha, producción, procesamiento, distribución y venta comercial. Se incluye la parte de educación para la salud y valoración de riesgos, así como restricciones para conducir autos o maquinaria bajo su uso.

La propuesta abona a cumplir las disposiciones de la SCJN, que obligan a contar con un marco legal para el uso de la marihuana. Si bien no abatirá la violencia del narcotráfico, sí contribuirá a disminuir narcomenudeo que prolifera en barrios, colonias y comunidades. Ayudará a definir políticas públicas en materia del uso de drogas con énfasis en la salud pública. Se avanza al reconocer la adicción como una enfermedad, no como un delito, lo que permitirá tratar médicamente el problema, reducir población carcelaria y respetar derechos humanos como el de libre desarrollo de la personalidad.

El cambio de paradigma en el uso de las drogas es un movimiento mundial que se basa en un enfoque de salud pública y derechos humanos. La misma Comisión Global en Política de Drogas ONU señala que los gobiernos nacionales experimentan modelos regulatorios que reducen poder del narcotráfico. El costo económico de su combate es muy alto en recursos y vidas humanas. Su éxito está en ser una actividad muy lucrativa, con un gran poder corruptor. El prohibicionismo entrega la gestión del mercado ilegal a grupos que luchan por su control.

Estamos pues ante un avance muy importante al ampliar el marco legal que regule el consumo de drogas, en especial de la marihuana, de alta demanda y tradición desde tiempos prehispánicos en México. El Congreso seguramente apoyará este esfuerzo.

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