Rosario Guerra

Estas ruinas que ves

Morena no es un partido. Es un conjunto de fuerzas y actores políticos que van desde viejas izquierdas hasta derechas radicales, asegura Rosario Guerra.

La clásica novela de Jorge Ibargüengoitia llena de nostalgia e ironía, nos revela la naturaleza humana, siempre impredecible. Sus personajes, entre divertidos enredos, mantienen al lector con una constante sonrisa, ante la fingida ingenuidad de la trama. Y la evoqué cuando Mario Delgado, coordinador de Morena, desde la tribuna aseguró que heredan un México en ruinas, que exige justicia.

Y es que vivimos momentos de ironía y nostalgia. Porque resulta irónico voltear al pasado para avanzar hacia el futuro, porque llega a su fin una era, con todas sus locuras, aciertos y errores. Así, mientras las nuevas mayorías se regodean ensimismadas y rechazan la raquítica oposición, la despedida de Peña Nieto hace un recuento de logros, sin mencionar el tremendo episodio de violencia, impunidad y corrupción. La nostalgia de un acto protocolario.

En fin, vemos que Morena no es un partido. Es un conjunto de fuerzas y actores políticos que van desde viejas izquierdas hasta derechas radicales, sin desterrar liberales. Es AMLO quien los dota de unidad e identidad. Mientras Muñoz Ledo y Batres asumen su responsabilidad institucional, Fernández Noroña apuesta a las rupturas. Ironía, tras la indignación en el Senado, que provocó el rechazo a la solicitud de licencia de Manuel Velazco para retornar a la Gubernatura en Chiapas, se rectificó en la misma sesión y se le otorgó el permiso. La causa del cambio: el PVEM alentó la salida de su fracción de cinco diputados, para otorgar a Morena una cómoda mayoría en la Cámara, sin recurrir a alianzas. Nuevas prácticas o viejas mañas. Ironía y nostalgia.

En Palacio Nacional Enrique Peña dio su último mensaje a la nación con motivo de su Sexto Informe. Las cifras lo definen. Se ha incrementado la recaudación con 78% más contribuyentes. La deuda pública creció pero su nivel es manejable. Se registra el nivel de inflación más bajo en 50 años. El empleo crece en forma sostenida a un ritmo de 800 mil puestos al año. La inversión extranjera directa asciende a 192 mil millones de dólares y se tiene comprometidos otros 200 mil millones en proyectos energéticos. En telecomunicaciones el mercado se volvió competitivo, bajaron precios, se amplió cobertura y para 2024 el 92% de la población tendrá acceso a internet de banda ancha.

Los proyectos de infraestructura se multiplicaron en carreteras, los puertos duplicaron su capacidad de manejo de carga, México amplió sus tratados comerciales, es una economía abierta, es el sexto destino turístico en el mundo, se impulsaron proyectos ferroviarios. Se invierte en un aeropuerto de gran envergadura para competir con otros en el mundo, por su interconectividad. Se avanzó en un nuevo modelo educativo que implicó una reforma laboral para recuperar rectoría. Aún están por concretarse muchos beneficios de las reformas estructurales.

El Informe será analizado en el Congreso. AMLO mucho más moderado, apuesta por el cambio dentro de los parámetros políticos, reconoce logros, modula discurso, llama a respetar a los Secretarios en sus próximas comparecencias.

Aún está por verse el espectáculo, diferencias puede ahondarse. México no es un país en ruinas. Somos la 15 economía mundial, de ese tamaño es el reto para la nueva administración que debe superar logros. El reto es sin duda la violencia, el clamor de las familias por sus desaparecidos, el horror de grupos delincuenciales que imponen a sangre y fuego su voluntad. Es cierto que hay un clamor por la justicia. Cerrar ojos y oídos tuvo un alto costo.

Peña Nieto reconoció errores, triste no hubiese actuado con contundencia para enmendar rumbo. Pero el pasado se fue. El futuro lo va a delinear AMLO con sus nuevas prácticas. Aún no conocemos más a detalle el rumbo y sus consecuencias. Hay cuestionamientos y pocas respuestas. Pero no hay tiempo que no se cumpla. El Congreso inicia un periodo legislativo que será muy intenso en reformas y propuestas. Así que conoceremos proyectos concretos. Si AMLO cumple la promesa de no deuda y no impuestos, lo demás transitará. Sobre todo si el TLCAN se concreta en breve y la negociación ya no implica mayores riesgos.

Así pues, como en los relatos del gran Ibargüengoitia, seguimos entre la ironía y la nostalgia.

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