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Nueva energía

Patricia Martín reflexiona sobre el éxito de Material Art Fair, la feria de arte independiente que tuvo lugar la semana pasada.

Una vez al año, una sobreactividad se apodera de la ciudad y se satura de visitantes, exposiciones, presentaciones de libros, discusiones, cenas y fiestas que organizan ferias de arte, museos públicos, fundaciones privadas y espacios emergentes. En 15 años Zsonamaco se ha erigido como la feria más importante de América Latina. Bajo la batuta de Zélika García, esta feria reúne a importantes galerías internacionales y nacionales, que con obra de los artistas más conocidos, ha ayudado a desarrollar el tímido coleccionismo que existe en nuestro país.

Pero fue Material Art Fair, la feria independiente dirigida por Brett Schultz, Issa Natalia Castilla y Rodrigo Feliz, en su quinta edición, la gran sorpresa. Se presentaron 78 galerías de 18 países, en el Frontón México, edificio recientemente recuperado. En su interior, el despacho de arquitectos Aprdelesp levantó una acertada construcción de tres pisos hecha con andamios. La estructura hizo énfasis en la experiencia de la feria, ofreciendo un espacio abierto de observación y de participación.

En un principio, Material Art Fair fue pensada como una feria paralela a Zsonamaco, un lugar en donde mostrar galerías emergentes que presentaban a artistas jóvenes. El proyecto ha madurado, pero mantiene una escala humana que permite a los visitantes y a los coleccionistas estudiar, entender y relacionarse con la obra, las galerías, los directores y con los mismos artistas.

Salón ACME, en una casona en General Prim 30 en la colonia Juárez, comenzó como una plataforma para dar a conocer el trabajo de artistas jóvenes que no están representados por una galería; tiene un consejo curatorial que revisa las propuestas. Sus distintas secciones son: la sala de editoriales; la bodega ACME, donde se muestra la evolución de artistas que participaron en ediciones anteriores; proyectos invitados, donde una galería presenta a un artista; y un estado de la República invitado. Este año, por primera vez, hubo una pequeña exposición curada por José Esparza llamada 'Una vida doméstica'.

Las nuevas galerías se vistieron de gala para la ocasión, con hermosas exhibiciones en Lodos, Agustina Ferreyra (que inauguró espacio), Karen Huber, José García, Lulu y BWSMX, entre otras.

Es esperanzador que las opciones para coleccionar se estén diversificando. Coleccionar es una actividad que va mucho más allá de comprar obra, es asociarse a un proyecto social y cultural, especialmente porque las instituciones públicas no están comprando, por la difícil coyuntura que atraviesa el país. En esta ciudad por fin se siente una nueva energía que toma fuerza año con año; como dirían mis colegas feministas y haciendo un paralelismo, se va rompiendo el techo de cristal y el poder hegemónico que ejercieron ciertos espacios por mucho tiempo.

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