Uso de Razón

Elba Esther, una pésima noticia

Pablo Hiriart escribe que Gordillo volverá a manejar el sindicato de la educación, de la mano con el nuevo gobierno, y ambos se harán cargo de desmantelar la reforma educativa.

La situación jurídica de Elba Esther Gordillo es lo de menos, pues lo verdaderamente importante y penoso para México y su futuro es que los sindicatos volverán a manejar la educación en el país.

Triste noticia. Lo que creímos superado con la reforma educativa votada por la mayoría en el Poder Legislativo, se viene abajo.

La profesora Gordillo volverá a manejar el sindicato de la educación, de la mano con el nuevo gobierno, y ambos se harán cargo de desmantelar la reforma educativa.

Se trata de una pésima noticia, pues la única forma de acortar la brecha social que genera una escalofriante desigualdad en el país es con educación de calidad para todos.

No hay atajos para superar la pobreza: buena educación y piso parejo para competir.

Con la profesora Gordillo de regreso y sus mejores amigos en el gabinete de López Obrador, el sindicato tomará otra vez la rectoría de la educación en México.

Su desafiante altanería la llevó a sentenciar ayer que "recuperé mi libertad y la reforma educativa se ha derrumbado".

Y es la verdad. Tan verdad como el hecho de que regresará al manejo del SNTE, pues "ejerceré mi libertad consciente de que mi lugar siempre ha estado y estará al lado de los maestros".

Que esté libre o no es un asunto de los jueces.

Ella sabrá si es verdad que recibió una herencia de 373 millones de pesos de su mamá, una profesora rural.

La herencia incluye, dice la profesora, 143 millones de pesos en efectivo, más obras de arte que incluyen un Botero de 800 mil dólares, un cuadro del siglo XVII valuado en 250 mil dólares, y Riveras, Tamayos, Anguianos, Toledos…

A lo anterior se le suman dos residencias en San Diego, California.

Departamentos y casas en Polanco y en Las Lomas.

Y el pago de cuentas por 39 millones de pesos en prendas de vestir y otros lujos en la exclusiva tienda Neiman Marcus, de Miami.

En el fideicomiso que tenía el sindicato y donde le depositaba el gobierno –publicó Ricardo Raphael en su libro Los socios de Elba Esther–, había una partida para ella que acumuló mil 970 millones de pesos.

Si salió libre, de acuerdo con el argumento, es porque el gobierno no podía acusarla de delincuencia organizada sin inculpar también a la Secretaría de Educación Pública, que le depositaba.

Está libre porque el SNTE nunca la demandó por el desvío de recursos.

Y todavía acusa a los actuales líderes magisteriales de "traidores".

Olvidemos todo lo anterior. Ni siquiera pensemos en cómo hizo para rentar un salón del Presidente Intercontinental para su conferencia de prensa de ayer.

Todo su tema patrimonial y jurídico carece de importancia contra el hecho duro: volverá a manejar los destinos del sindicato de maestros, y éste el destino de la educación.

Ahí está el verdadero daño del regreso de Elba Esther Gordillo a la palestra política.

Los niños volverán a ser educados por maestros que se ganan los ascensos por méritos sindicales y no académicos.

Estarán condenados a la pobreza, a trabajar en la economía subterránea, a vivir de la caridad del gobierno que les dará ayuda a cambio de su voto.

De la mano van el próximo gobierno y Elba Esther Gordillo para revertir la reforma educativa.

Habrá una nueva reforma acordada con los maestros, dice el presidente electo.

Ojo, no son "los maestros", sino el sindicato.

Los maestros ya fueron integrados a la confección del Nuevo Modelo Educativo que Gordillo y AMLO echarán abajo.

Miles y miles de profesores participaron en foros presenciales o en línea para tales objetivos.

Desde luego que los maestros son el corazón de la reforma educativa: sin ellos no se llega a ninguna parte. Y así se hizo.

Hasta en Oaxaca y en Guerrero se evaluaron.

Todo para atrás.

Viene una nueva consulta para hacer "otra reforma educativa", porque dicen que esta no sirve.

Esta nueva reforma educativa, la del gobierno de la austeridad republicana y honradez juarista, tendrá como mascarón de proa a Elba Esther Gordillo.

Pobres niños.

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