Opinión

#No seas basurita…mejor cómetela

 

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En la delegación Cuauhtemoc de la Ciudad de México, se encuentra una de las colonias más representativas, hermosas y conocidas de nuestra ciudad: La colonia Roma. La historia de este fascinante barrio es la historia del México desde el porfiriato hasta nuestros días. Ha vivido de todo, ha compartido lo que ha sufrido esta gran metrópoli, su decadencia y su florecimiento; sus terremotos y sus reconstrucciones; su democracia y su autoritarismo; en fin, la Colonia Roma ha vivido de todo.

Y como no puede ser la excepción de nuestros tiempos, ahora la Roma Norte también vive la indolencia de la autoridad, que se dedica a autorizar construcciones en cada esquina que puede, encareciendo este barrio que, sin duda, es – hasta ahora- uno de los más democráticos de la Ciudad de México. Ahí conviven ricos, clases medias, pobres, nacionales, extranjeros, jóvenes, viejos, artistas, borrachos, fiesteros, millenials, profesionistas, deportistas, y una larga lista de etcéteras que se pueden venir a la mente.

Y no obstante que ahora la Roma Norte es una de las colonias "estrella" de la delegación Cuauhtémoc, con mayor plusvalía y sofisticación en dónde conviven los restaurante más celebrados junto con fondas de excelente calidad y puestos de quesadillas, parece ser que a las autoridades de la delegación, les tiene sin cuidado que este polo cultural y turístico sea un chiquero, una porqueriza.

En la Roma Norte no hay botes de basura, punto. No es la colonia Condesa, en dónde los botes de basura –insuficientes es verdad- ayudan en algo a la cultura de higiene y limpieza de la sociedad que vive o visita ese lugar. En la Roma no es así y nadie atina a explicar por qué los únicos botes de basura públicos son los de los parques Luis Cabrera y Río de Janeiro. Fuera de ahí, no hay botes.

Peor aún, los pocos botes de basura existentes para atención de las necesidades perrunas y la recolección de sus desechos, han sido puestos por empresas que se hacen publicidad al tiempo que cubren esta obligación incumplida por las autoridades. Por eso no es raro ver montones de basura acumulados en las esquinas de calles de la colonia, verdaderos cerros de deshechos, pañalaes, bolsas de comida que simple y sencillamente, se acumulan en las calles hasta que pase personal de limpia para recogerlo.

Pero la innovación de las autoridades delegacionales para el diseño de una política pública para la solución de este problema es brillante: Ya colgaron unas mantas sugiriendo a la gente que no sea basurita, que sea limpia. Y tan tan, ya se lavaron las manos con caricaturas muy bien hechas por excelentes moneros, pero que demuestran o una gran ingenuidad o una displicencia total por lo que acontece en esta colonia.

El Señor Ricardo Monreal, que quiere ser Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, parece no enterarse de la incompetencia de la Sra. Aliza Chelminsky, a cargo del área de servicios urbanos delegacionales, que ha dejado a la colonia Roma a la merced de la mugre y la suciedad. ¿De verdad será tan complicado poner botes de basura para que la gente tire la basura en su lugar? ¿de verdad creerán que con unos monitos sugiriendo limpieza y unos videos muy bonitos –que nadie conoce- se acabará la basura?

El postulado de no ser basurita es bueno, el problema es que no hay donde ponerla, no hay contenedores, no hay botes, no hay nada. Entonces, parece ser que el Dr. Monreal y compañía, ya encontraron una doble solución en una sola política pública: A la basura y al hambre, y la solución es la que da título a esta columna: #No seas basurita…mejor cométela. Con este nivel de estadistas, es fácil comprender nuestra realidad.

Twitter:@carlosjaviergon

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