He Dicho

Quinto partido, lo demás es decorativo

Lo importante es que la Federación Mexicana ha elegido a un buen entrenador; después son varios los factores que deben conjugarse, escribe Miguel Gurwitz.

Listo, Gerardo Martino será el técnico de la Selección Mexicana.

Es una buena elección, sin duda. Un técnico capaz de grandes referencias futbolísticas y mejores aún en el tema personal. "Es un gran tipo", dicen quienes lo conocen bien; su comunicación con el jugador es directa, sencilla, de buenos tonos y con enorme capacidad para escuchar desde consejos, inquietudes y reclamos.

Más efectivo en el convencimiento pleno de su pensamiento táctico que en la imposición de sus ideas, utilizando el organigrama como herramienta.

En resumen, es una buena elección.

Pero, ¿qué debemos esperar de él? ¿Cómo vamos a medir sus conocimientos y sus alcances como entrenador? ¿Cuál será el sistema de medición? Simple: los resultados. Sería ilógico pensar de otra manera ya que al fin y al cabo todos los que pasan por esa silla son medidos con la misma vara.

Pero me cuenta Rubén Rodríguez, reportero que sigue muy de cerca a la Selección Mexicana, que hay un plan diferente de evaluación sobre el entrenador nacional y que se moverá en distintas direcciones: crecimiento personal del jugador en la Selección, desarrollo grupal, formas de juego, métodos de trabajo y, obviamente, resultados.

La pregunta sería quién evaluará todos estos puntos y bajo qué parámetros. En papel luce bien, suena robusto y profundo, pero en la ejecución del mismo todo se resume a números, es decir: jugaste el quinto partido, bien; cambiaste la historia, ¿no?; ni hablar, el que sigue.

Y seré curioso, pero habrá alguien quien se siente y cuestione a Martino cuando a Osorio lo dejaron hacer y deshacer. Cómo pasaríamos del: "las rotaciones llegaron para quedarse" de Guillermo Cantú, al "quiero que jueguen de determinada manera".

Cómo se cuestiona un plan de trabajo cuando no se otorga uno. Cómo se cuestiona la metodología cuando ésta es un sello distintivo de cada entrenador.

Todos estos conceptos terminan formando parte del lado decorativo: ese que suenan bien, pero no sabe ni sirve de nada.

Lo importante es que la Federación Mexicana ha elegido a un buen entrenador; después son varios los factores que deben conjugarse para poder modificar las cosas y hacer que esto cambie de una vez por todas.

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