He Dicho

Neymar, el líder que no ha sido

El brasileño es un gran jugador, claro que lo es, pero seamos honestos, no es Messi, no es Cristiano y tampoco es Griezmann, opina Miguel Gurwitz.

Los románticos dirán que se asemeja a la traición, al pecado, a la poca vergüenza, a la deslealtad, al descaro... una asquerosidad, pues.

Habemos otros que nos dejamos llevar un poquito más por el morbo y por lo que implicaría mediáticamente un movimiento como el que está a punto de darse: el traspaso de Neymar al Real Madrid.

De usurero y malagradecido no lo bajaron cuando salió del Barcelona al PSG marcando el traspaso más caro de la historia; hoy, a las puertas de la Casa Blanca de la capital española, los señalamientos subirán de tono.

Neymar es un gran jugador, claro que lo es, pero seamos honestos, no es Messi, no es Cristiano y tampoco es Griezmann. No hace falta establecer las diferencias entre los dos primeros y el brasileño, pero usted seguramente se preguntará por qué lo del francés, simple, porque Griezmann se ha convertido en líder de un equipo plagado de eso, de liderazgo y personalidad. Porque Griezmann entendió la importancia de terminar su misión con un equipo para después probar cosas nuevas, si es que es el caso. Porque Griezmann ha sido la figura que su equipo espera en los momentos más determinantes. Porque entiende el tema del arraigo, el amor a la camiseta y muchos otros valores que están por encima del euro, lo que a todas luces el brasileño aún no termina de comprender del todo.

Lo llevaron al PSG para que se convirtiera en la gran figura, en el líder, el capitán, el ejemplo, el jugador franquicia, quisieron pues, hacer de Neymar un Messi en Barcelona o un Cristiano en el Madrid; sin embargo, le quedó muy grande ese rol, y si somos fríos, Paris Saint-Germain no fue más con Neymar, no alcanzó nada más, no ganó nada más.

Pero como no estamos para dar lecciones de moral, he de confesar que la llegada de Ney al Real Madrid me entusiasma en términos deportivos, obviamente, pero también porque sería una herramienta interesantísima para escalar un poco más la rivalidad con Barcelona.

Para los merengues será un gran golpe mercadológico, uno más, y de pasada, una bofetada a su archienemigo, ahora solo le queda hacerle entender al brasileño que ahí será uno más, uno que estará por debajo de Cristiano, de Ramos, de Marcelo. Y claro, representa la figura a futuro, pero tomando en cuenta cómo se maneja el jugador, pensar a largo plazo con él, quizá no sea el mejor modelo de negocio.

A esperar, este mundo, como el balón, rueda, y todo puede suceder.

¡He dicho!

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