He Dicho

Golpe de realidad

El futbol mexicano no ha evolucionado y no ha logrado estar a la altura de las inversiones y la infraestructura que posee, escribe Miguel Gurwitz.

Si Tuca se queda de manera definitiva, la apuesta habrá sido ganadora, de lo contrario se habrán perdido seis meses de trabajo.

Que la Selección Mexicana no tenga entrenador tiene varias lecturas, una de ellas es que el producto no corresponde a la descripción del mismo, es decir, que México no es el mercado que busca un técnico que aspira a trascender de manera internacional. Dicho de otra forma, no es un equipo élite, y menos después del Mundial de Rusia que muy pocas cosas dejó: un gran partido ante Alemania, uno regular ante Corea del Sur, otro patético ante Suecia y para cerrar, uno donde no compitió.

Otro indicador es lo que sucedió con los jugadores mexicanos en el mercado internacional: nada; no sucedió absolutamente nada, ya que ninguno dio un gran salto, ninguno emigró a un equipo más importante, en el mejor de los casos, se quedaron donde estaban o cambiaron a un equipo de alcances similares.

México no avanzó después del Mundial, eso está claro, y eso mismo hace que los entrenadores de primera línea miren por encima del hombro al Tricolor, y al decir de primera línea me refiero a los que actualmente dirigen en Europa y se han negado a encabezar el proyecto porque simple y sencillamente México no es lo suficientemente atractivo.

En términos generales, el futbol mexicano no ha evolucionado y no ha logrado estar a la altura de las inversiones y la infraestructura que posee.

La Liga no es mejor que hace 10 años, no competimos a un mejor nivel, nuestros sinodales no son de consideración, los extranjeros que son verdaderos refuerzos son cada vez menos y en Selecciones nacionales (con la grandísima excepción de la femenil) no hay conquistas considerables.

Volver a competir con Sudamérica en todos los niveles resulta indispensable encontrando una buena negociación en la que ambas partes resulten beneficiadas, allá requieren de la presencia de México comercialmente hablando, y acá nos urge abandonar la comodidad y el apapacho que representa jugar partidos contra la MLS.

México no es como lo pintan, no es tan atractivo como muchos de los directivos piensan y el rechazo de varios representa un golpe de realidad contundente.

Imposible hacer lo mismo y esperar resultados diferentes. México necesita cambiar muchas cosas a nivel deportivo, y abrir o tocar la puerta a Conmebol es un buen inicio.

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