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El reto de Márquez

Rafael Márquez no podía estar lejos del futbol mexicano, su presencia nutre desde casi cualquier ángulo, escribe Miguel Gurwitz.

La palabra 'reto' es de uso común y constante en el vocabulario de Rafael Márquez. No sólo los verbaliza, sino les hace frente. Y de todo tipo, queda claro.

Se requiere valentía, cierto, pero aún más inteligencia, y después de tantos años de carrera, demostró muy buenas condiciones para ambas cosas.

No podía estar lejos del futbol, su presencia nutre desde casi cualquier ángulo.

Ya eligió: será directivo y comenzará su carrera donde lo hizo como futbolista.

Atlas es un equipo discreto, mediano en casi todo: en presupuesto, más allá de ser parte de un gigante empresarial. Lo es en la parte deportiva y sus vitrinas lo delatan. No es un coleccionista de trofeos ni pertenece a la alta sociedad futbolística del país. Sus fuerzas básicas están lejos de ser las más productivas, como hace tiempo podían presumir. Incluso su identidad se ha diluido, esa que te hace conceptualizar, entender y plasmar un estilo de juego.

Aquello de "ganar a los Atlas" se entiende poco en estos tiempos.

Otro muy grande será saber encontrar el justo balance entre cuidar los intereses del club y ver por el de los jugadores, ese gremio al que tanto impulsó para hacerlo autónomo y encontrar así las herramientas necesarias para poder enfrentar las innumerables injusticias que venían desde los escritorios, donde precisamente hoy estará sentado.

No digo que renunciará a su manera de pensar, en lo absoluto, sólo que será una tarea titánica ubicar en la misma línea de prioridades los intereses de jugadores y el futbol que representa, tan acostumbrado a operar de la misma manera durante décadas.

Entendemos el tamaño del reto que enfrenta Rafa Márquez, hoy blindado por su inigualable historial futbolístico, mismo que se irá esfumado o ensanchando dependiendo de los resultados.

Sea como sea, su presencia en el futbol mexicano es más que bienvenida, necesaria.

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