He Dicho

El regreso a Libertadores

El eventual regreso a Copa Libertadores representaría para México un paso sólido hacia el frente, escribe Miguel Gurwitz.

De lo bueno, poco, y tomando en cuenta lo que ha sido el 2018 para el futbol mexicano en términos generales, el eventual regreso a Copa Libertadores representaría un paso sólido hacia el frente.

Volver a competir con los mejores es imperiosa necesidad de nuestro futbol, que hace tiempo renunció a esa posibilidad haciendo valer sus derechos deportivos, pisoteados por Conmebol en varias ocasiones.

Entonces buscó consuelo en dólares: cambió nivel deportivo por alta remuneración económica. México se acercó al futbol estadounidense olvidándose de las intenciones de crecimiento futbolístico. Esto dio como resultado un "sobrepeso" económico y anorexia deportiva.

No digo que generar lazos con el futbol estadounidense sea una mala idea, al contrario, aliarse con el país más poderoso del mundo en materia deportiva siempre debe arrojar cosas positivas, pero cuando no encuentras el justo equilibrio entre negocio y deporte es cuando se generan los estancamientos y las crisis, tal y como las que presenta nuestro futbol en general.

Claro que el nexo con el norteño vecino debe continuar, ya que a largo pazo será también, sin duda alguna, un gran aliado deportivo; hoy, en ese aspecto, no lo es.

México juega un papel de absoluto privilegio en el futbol continental que todavía no termina de entender y, por ende, de explotar; me explico: nuestro futbol representa para Estados Unidos un aliado deportivo ideal, uno que no lo aplasta ni lo rebasa, que si bien es mejor, las distancias son tales que los del norte encuentran un espacio óptimo de crecimiento. Para los del sur, México es visto como un rival aspiracional en términos económicos por lo que implica comercialmente su participación en torneos como Copa América, Copa Libertadores y Sudamericana. De tal forma que la mezcla es perfecta: México es para Conmebol, lo que Estados Unidos es para México: una buena oportunidad de crecimiento económico.

México es para Estados Unidos lo que Conmebol para nosotros: una gran oportunidad de mejorar el nivel deportivo.

La posición geográfica y económica de nuestro futbol lo sitúa en inmejorable sitio para sacar provecho hacia arriba y hacia abajo, jugar y aprender de ambos es posible, sólo es cuestión de que los dirigentes antepongan por encima de todo las necesidades del futbol mexicano; jugando limpio y sintiendo su Liga. Si hacen de esto más que un eslogan, entonces muchas cosas positivas podrían salir de las reuniones que se aproximan.

COLUMNAS ANTERIORES

Reglamentos, no comunicados
La grata sorpresa celeste

Las expresiones aquí vertidas son responsabilidad de quien firma esta columna de opinión y no necesariamente reflejan la postura editorial de El Financiero.